La calma vuelve a Gevgelija. La Antigua República Yugoslava de Macedonia ha decidido reducir los controles en la frontera con Grecia para agilizar el
La calma vuelve a Gevgelija. La Antigua República Yugoslava de Macedonia ha decidido reducir los controles en la frontera con Grecia para agilizar el tránsito hacia Serbia de miles de refugiados procedentes de Siria, Afganistán o Irak. Muchos llevaban una semana bloqueados en el paso fronterizo. Los que aún no han conseguido pasar al otro lado están desesperados.
“Tenemos mucho miedo”, asegura una mujer bloqueada en la frontera. “Mi heremano y mi marido han consegiudo pasar, pero mis cuatro hijas y yo seguimos aquí. Está siendo una pesadilla. Llevamos aquí dos días. Y desde hace una semana apenas hemos comido. Vamos a morir aquí”.
Los únicos que les prestan ayuda son los voluntarios de la Cruz Roja y ACNUR, que hacen lo que pueden para llevarles agua, comida y abrigo para pasar la noche.
Su periplo comenzó, como el de muchos otros, en Turquía, desde donde cruzaron en barco a Grecia. De allí, a Macedonia (FYROM) y a Serbia, para cruzar luego a Hungría si las autoridades se lo permiten, ya que el gobierno de Víctor Orban está levantando un muro de 175 kilómetros para frenar las oleadas de refugiados.
Las autoridades serbias comienzan a verse desbordadas y han pedido ayuda a la Unión Europea para afrontar la crisis migratoria. Se calcula que este domingo habrían llegado a las localidades de Presevo y Miratovac entre 6.000 y 8.000 refugiados que tienen como destino final países como Alemania, Francia, Suecia o Noruega.