Flores y velas frente a la barbarie que ha hecho revivir a Suecia el fantasma de los atentados de Oslo y Utoya. La policía sueca no alberga dudas
Flores y velas frente a la barbarie que ha hecho revivir a Suecia el fantasma de los atentados de Oslo y Utoya. La policía sueca no alberga dudas sobre las motivaciones racistas del joven enmascarado que el jueves asesinó con una espada ninja a dos personas e hirió a otras dos en una escuela de Trollhättan, en el suroeste del país. Tras registrar la vivienda de Anton Lundin-Petterson, que tenía 21 años, los agentes han encontrado una carta en la que expone su odio a los extranjeros. Los hechos lo refrendan: solo atacó a profesores y alumnos de piel oscura y se llegó a fotografiar con otros de piel clara que creyeron que iba disfrazado por la cercanía de Halloween.
- “Hay tres factores”, explicaba un responsable policial. “Uno lo hemos encontrado en las pesquisas realizadas en la vivienda del agresor, que apuntan a un crimen motivado por el odio. Otro es cómo iba vestido, cómo actuó y cómo se movió en la escena del crimen. Por último, el modo en que las víctimas fueron seleccionadas aquí en la escuela”.
Lundin-Petterson fue abatido por la policía tras matar a un profesor y a un alumno iraquíes de la escuela de Kronan. Otro profesor y otro alumno están ingresados en un estado grave en el hospital de la ciudad.