Aunque la liberación fue anunciada el pasado día 28, las tropas iraquíes siguen sin poder entrar en algunas zonas de la ciudad iraquí, que cayó en
Aunque la liberación fue anunciada el pasado día 28, las tropas iraquíes siguen sin poder entrar en algunas zonas de la ciudad iraquí, que cayó en manos del grupo Estado Islámico (EI) en mayo pasado.
Avanzan con precaución al tiempo que desactivan artefactos explosivos colocados por los extremistas en calles y edificios de la capital de Anbar, listos para estallar.
Varias familias son utilizadas como escudos humanos en la parte este para evitar que los aviones de la coalición liderada por Estados Unidos y las fuerzas de tierra iraquíes se lancen a la captura de los cerca de 700 combatientes del EI que aún permanecen en la ciudad.
Las familias que escaparon de Ramadi o fueron rescatadas han dado informaciones sobre los túneles que emplean y los lugares donde podrían esconderse.
“Que Dios les castigue. Dispararon a la cabeza a la gente que se negó a ir con ellos al-Sufiya. Los cuerpos están ahí tendidos. Los puedes ver todavía. Son siete”, clama entre sollozos un civil herido recién rescatado.
Las fuerzas iraquíes han reforzado su presencia y han iniciado una operación de seguridad para liberar el resto del territorio no ocupado y salvar a las cerca de 1000 familias capturadas como rehenes.