El cierre de las fronteras de la ruta balcánica ha dejado a unas 30.000 personas bloqueadas en Grecia: más de un tercio en la localidad de Idomeni
PUBLICIDADEl cierre de las fronteras de la ruta balcánica ha dejado a unas 30.000 personas bloqueadas en Grecia: más de un tercio en la localidad de Idomeni, fronteriza con Macedonia.
En condiciones infrahumanas se amontonan para resistir al frío, mientras esperan que los líderes europeos, reunidos hoy en Bruselas con las autoridades turcas, sean capaces de ofrecerles una salida.
“Espero que abran la frontera después de esta reunión y que todos podamos irnos de aquí, comenzar una nueva vida, y dejar atrás la guerra y todo lo que hemos pasado”, confía este refugiado.
Por el momento, Macedonia solo deja pasar a los sirios e iraquíes que dispongan de documentos identificativos válidos.
“No podemos obligar a los países europeos a que hagan algo, pero deberían ocuparse de nosotros por humanidad. ¿A dónde voy a ir? Si regreso, moriré”, se lamenta este ciudadano sirio.
El primer ministro griego ha anunciado que pedirá a los líderes europeos un compromiso formal sobre la reubicación de los refugiados.
Alexis Tsipras ha apelado a recobrar los valores de la solidaridad y el humanismo y rechazar las ideas que buscan convertir a Europa en una fortaleza.