Un día después de los atentados en la capital belga, este es el panorama que viven los habitantes. El tráfico en las calles retoma su ritmo, pero
Un día después de los atentados en la capital belga, este es el panorama que viven los habitantes. El tráfico en las calles retoma su ritmo, pero algunas estaciones del metro continúan cerradas.
Patricia Coppens, habitante de Bruselas:
“Algunas personas no saben qué hacer porque tienen miedo. Debemos continuar nuestras vidas como antes”, dice esta habitante de Bruselas. “Es un día muy triste, es como si nos hubieramos despertado esta mañana en otro país, en otra Europa”.
Anne-Marie Selys, profesora de un instituto, cuenta que ayer la situación no fue fácil en su trabajo: “Los estudiantes estaban en pánico, todos querían saben qué estaba pasando. Cuando escucharon que hubo una explosión, algunos empezaron a llorar porque estaban preocupados por sus padres”.
La vida en la ciudad de Bruselas vuelve poco a poco a la normalidad. Las explosiones dejaron 31 muertos y 270 heridos.
“Tenemos ira, rabia, miedo. Todo esto nos pone nerviosos y no sabemos qué hacer. El rey nos pide que conservemos la calma, pero cómo se puede estar en calma en esta situación?”, dice este hombre.
Como medida de seguridad, varios soldados fueron desplazados en algunas estaciones del metro en el centro de la ciudad.