España, condenada a celebrar nuevas elecciones. El rey Felipe VI ha constatado que ninguno de los líderes de los cuatro principales partidos pueden
España, condenada a celebrar nuevas elecciones. El rey Felipe VI ha constatado que ninguno de los líderes de los cuatro principales partidos pueden formar Gobierno. Este martes fue la segunda ronda de consultas entre el monarca y los partidos desde las elecciones del pasado 20 de diciembre que desembocaron en un Parlamento tan fragmentado que no posibilitó una mayoría suficiente. El bipartidismo PP/PSOE, conservadores y socialistas, se quebró con la aparición de dos nuevos partidos, Podemos y Ciudadanos, complicando enormemente la investidura de un candidato a la jefatura del Gobierno.
Mariano Rajoy, cuyo partido fue el más votado, ni siquiera presentó su candidatura, un hecho inédito en la historia reciente del Parlamento español. Y cuando el rey se lo encargó a Pedro Sánchez, el líder socialista, cuyo partido llegó en segunda posición, no obtuvo suficientes apoyos. PP y Podemos bloquearon la investidura dos veces. Sólo le apoyaron los diputados de Ciudadanos, el nuevo partido liberal y cuarto más votado.
Previamente, Sánchez y Rivera habían firmado un pacto de 200 medidas al que Podemos, la tercera fuerza parlamentaria, no quiso unirse,
Desde hace cuatro meses, el país está dirigido por un Gobierno en funciones que se limita a despachar los asuntos corrientes, mientras que los españoles han esperado en vano un acuerdo de último minuto entre los partidos para evitar las elecciones del 26 de junio.
Para Enrique Serbeto, corresponsal del periódico ABC en Bruselas, es la constatación de un fracaso de consecuencias impredecibles:
“Los ciudadanos tienen razones para estar preocupados, inquietos y enfadados con la situación, porque los ciudadanos han hecho lo que tenían que hacer, que era ir a votar, lo que no ha funcionado es el resto. Yo creo que es un fracaso grande de los partidos y del propio sistema, veremos cómo reacciona el electorado, lo único seguro es que va a ir menos gente a votar.”
Nada garantiza que el próximo Parlamento tenga una composición sustancialmente diferente de la del surgido de las legislativas de dieciembre, cuyo resultado ha bloqueado políticamente España durante seis meses.