Antiguos y nuevos detractores de la presidenta han lanzado cohetes artificiales tras ser suspendida. Entre los patidarios de su destitución hay
PUBLICIDADAntiguos y nuevos detractores de la presidenta han lanzado cohetes artificiales tras ser suspendida. Entre los patidarios de su destitución hay muestras de incertidumbre respecto al periodo de 180 días abierto y durante el cual se debatirá si el Senado destituye a Rousseff o le permite volver al cargo.
“Fui un seguidor de Dilma pero, en estos momentos, creo que es mejor para Brasil que se vaya, las cosas mejorarán”, comenta Jose Costa.
“Veremos a var lo que pasa ahora, esper que su sustituto pueda reparar todo el mal que se ha hecho al país”, dice Conseicao Santos, trabajadora en el sector petrolero.
Más numerosos han sido los miles de seguidores que han arropado a Roussef a su salida del Palacio presidencial. El principal argumento que avanzan sus partidarios es ver, ahora, al país dirigido por aquellos que no fueron votados. “He salido a votar en nombre de los 54 millones de brasileños que votaron por Dilma”, comenta Heloisa Rosa.
Otro de los temores de los partidarios de la presidenta suspendida es la pérdida de las conquistas sociales alcanzadas por la izquierda en la última década.