Verdún, el mayor símbolo del absurdo de la guerra

Verdún, el mayor símbolo del absurdo de la guerra
Por Escarlata Sanchez
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Siete y cuarto de la mañana, el 21 de febrero de 1916, una lluvia de obuses cae sobre el bosque de los Caures.

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Siete y cuarto de la mañana, el 21 de febrero de 1916, una lluvia de obuses cae sobre el bosque de los Caures. La batalla de Verdún empezó así, con el bombardeo de la artillería alemana sorprendiendo al ejército francés.

Un siglo después, Verdún, sigue siendo la más célebre batalla de la Primera Guerra Mundial.

Luc Heinrich es voluntario de la asociación “Connaissance de la Meuse”:

“Mi abuelo era soldado alemán en 1914, porque Alsacia formaba parte del Imperio alemán, así que hago esto en honor a su memoria.”

“Quizá, los jóvenes olvidarán esa batalla, pero a esas personas les debemos la libertad”, dice este otro hombre vestido con el uniforme de soldado francés.

En la batalla de Verdún hubo 300.000 muertos en trescientos días. 130.000 soldados, alemanes y franceses, están enterrados aquí en el impresionante Osario de Douaumont.

Verdún fue un combate sin piedad exclusivamente entre franceses y alemanes. El Estado Mayor alemán pensó que acabarían rápidamente, al lanzar un bombardeo de relámpagos de acero, sin embargo, se instaló la guerra de trincheras.

Durante 300 días y noches, entre febrero y diciembre de 1916, 26 millones de obuses fueron lanzados por la artillería, es decir, seis obuses por metro cuadrado.

Considerada por los historiadores como la más terrible de las batallas, en Verdún hubo menos muertos que en la batalla del Somme, en la que también participaron los aliados y hubo más de un millón de bajas entre ambos bandos. Los británicos perdieron 19.240 soldados sólo el primer día. Pues es en la batalla del Somme cuando entran en guerra nuevas armas como los tanques de asalto.

Fue además la primera batalla filmada en celuloide, con el cine como testigo excepcional de la guerra moderna.

Pero es la batalla de Verdún la que ha conservado la mayor carga simbólica del absurdo de la guerra: los alemanes no se acercaron nunca a menos de 5 kilómetros de la ciudad de Verdún. En 1984 Helmut Kohl y François Mitterrand eligieron este trágico lugar para sellar la amistad entre ambos pueblos.

Kohl/mitterrand a verdun en 1984
“Spiegel” kohl a demande a etre invite pic.twitter.com/CyGcdEN1Pp

— Pascal Thibaut (@pthibaut) 28 décembre 2014

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