Varios ríos se han desbordado y han tumbado postes de electricidad.
PUBLICIDADVarios ríos se han desbordado y han tumbado postes de electricidad. Miles de residentes están aislados a la espera de la ayuda de la Guardia Nacional estadounidense que ya está despejando el terreno en varias localidades Cuarenta y cuatro condados han declarado el estado de emergencia.
Es momento de sumar fuerzas, como explica el clérigo de la comunidad de Grace, Tim Parsons: “Todo lo que puedes hacer es darle a la gente un abrazo, un hombro donde apoyarse, algo de comida y algunas cosas que necesitan de inmediato y tratar de mostrarles amor”.
Las escuelas son lugar de refugio, algo de lo que es testigo la profesora de la escuela infantil Talcott, Cristina Richmond: “Hemos tenido aquí a gente que la noche anterior había dormido en sus coches. Estaban junto a sus mascotas y sus hijos. Dormían en sus coches y ha habido algunos vecinos que simplemente no han sido capaces de volver a sus casas para no tener que ver cómo habían quedado”.
Tan solo el jueves, cayó sobre Virginia Occidental un cuarto del total de lluvia que recibe habitualmente en un año. Además de las vidas perdidas, las fuertes lluvias y las inundaciones también han causado importantes daños materiales en hogares e infraestructuras en todo el estado.
Virginia Occidental, una región situada en el corazón de la cordillera de los Apalaches, de gran tradición minera, mayoritariamente de población blanca y muy empobrecida.