El Bataclán renace.
PUBLICIDADEl Bataclán renace. Un concierto de Sting volverá a llenar de vida este sábado por la noche el mítico teatro de París, un año después de los atentados que dejaron 130 muertos en la capital francesa. Alrededor de 1500 personas, sobre todo familiares de las víctimas, desafiarán al miedo y los recuerdos para acudir al concierto, en medio de un imponente despliegue de seguridad. Solo en el Bataclán murieron 90 personas. Otras muchas arrastrarán de por vida heridas físicas y psicológicas. Denys Plaud estaba allí esa noche:
“Lo más terrible fue cuando hubo un intercambio de tiros entre los terroristas y la policía. Algunas balas se incrustaron en un muro. Yo estaba justo detrás. Sentí cómo el muro temblaba y pensé, Dios mío, ojalá resista”.
El periodista de Le Monde Daniel Psenny trabajaba en su casa cuando oyó tiros. Desde su ventana grabó a la gente aterrorizada huyendo del Bataclán por las ventanas y las salidas de emergencia. Después descendió y, mientras ayudaba a un herido, una bala de kalashnikov le atravesó el brazo.
“La bala tuvo un efecto explosivo. Quemó todas las terminaciones nerviosas, así que he perdido parte de las sensaciones y la movilidad en algunos dedos, como una parálisis. Es muy molesto, de hecho resulta invalidante”, dice Psenny.
Grégory Reibenberg ha dejado impreso en un libro todo su dolor. En la terraza de su café “La Belle Équipe” murieron acribilladas a balazos 20 personas, una de ellas fue su esposa.
“Ha sido un año de reconstrucción, todavía estoy en ello explica. Para nosotros no hay una fecha aniversario, eso es para vosotros. Para nosotros, que estuvimos allí, fue ayer por la mañana y diez mil años atrás al mismo tiempo”.
Un año después, nueve personas sigue hospitalizadas. Hay víctimas paralizadas y con daños irreparables. Más de seiscientas siguen recibiendo tratamiento psicológico.