Retrato político de Benoît Hamon, un socialista a la izquierda de la izquierda, practicamente desconocido para el gran público en Francia.
PUBLICIDADMirada directa, sonrisa modesta, actitud dinámica, nadie le esperaba, pero Benoît Hamon, a sus 49 años, será el candidato socialista en las próximas elecciones presidenciales francesas. Hamon ha diseñado su estrategia política basándose en “un futuro deseable”.
El vencedor de las primarias se defendió en la campaña “un mundo más igualitario, más fraternal, más justo. Esta es la perspectiva que proponemos. Otros, la califican de utopista o de utópica, poco importa, pero nosotros la asumimos porque partimos de la realidad y vamos hacia un ideal”.
Hamon ha pasado por todos los escalafones dentro del Partido Socialista. Fue su portavoz desde 2008 hasta 2012, después de presidir las juventudes socialistas durante dos años y ocupar un escaño en el Parlamento Europeo. El brazo derecho de Martine Aubry, sin embargo, no era conocido por el gran público. Hasta tal punto que su candidatura, hace seis meses, pasó practiamente desapercibida.
En 2012, es ministro delegado para la Economía Social y Solidaria con el gobierno Ayrault. Y coopera con otros ministros para que Manuel Valls llegue a Matignon.
Cuando lo logra, en 2014, Hamon es nombrado ministro de la educación. Pero 147 días después es excluído, como Arnaud Montebourg, por su falta de solidaridad con el gobierno.
Contestatarios, ambos se oponen a la ley sobre la pérdida de la nacionalidad, que conlleva a la dimisión de la ministra de justicia, Christiane Taubira. Pero en aquel momento todo el mundo creía que Montebourg ganaría las “primarias” y sería él quien se enfrentaría a Valls.
Sin embargo, su perseverancia, su estilo y las novedades que propone el “petit Benoît” como se le ha apodado, desbaratan los pronósticos. Su proyecto se situa en la izquierda de la izquierda, con propuestas en el capitulo social y en el del medio ambiente que convencen al ala más progresista del electorado.
“Hoy asumo y digo que la opción política que propongo es una opción que no vende quimeras, vende – no, no vende nada de nada – propone justicia”, ha declarado.
Benoît Hamon ha conseguido vencer a todos sus adversarios, incluyendo el que figuraba como favorito, el ex-primer ministro Manuel Valls, que había apostado el todo por el todo en su candidatura a las presicenciales.