La sombra de Moscú sigue acechando a la administración Trump.
La sombra de Moscú sigue acechando a la administración Trump.
Si hace tres semanas el entonces consejero de seguridad nacional del presidente, Michael Flynn, dimitía tras revelar haber tenido contactos con el Kremlin en diciembre, ahora el escándalo político puede ser mucho mayor.
El Washington Post ha destapado que el fiscal general, Jeff Sessions, mantuvo durante la campaña electoral dos encuentros con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak. Unas reuniones que ocultó al Senado durante su proceso de confirmación.
La jefa de filas de los demócratas en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha pedido la dimisión de Sessions y una investigación independiente de los posibles lazos del equipo de Trump con los rusos.
El FBI y el Senado ya han abierto sus investigaciones sobre el ciberespionaje a los demócratas por parte de Moscú y la Cámara de Representantes iniciará sus propias pesquisas sobre las acusaciones de colusión rusa con la campaña de Trump.