Aumenta la presión sobre la Casa Blanca y su proyecto de reforma sanitaria. Un nuevo informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso afirma que el ya conocido como “Trumpcare” podría dejar a 22 millones de personas sin cobertura médica.
El ejecutivo lo niega y organiza actos tratar de calmar los ánimos. El vicepresidentem Mike Pence, recibió a un grupo de enfermos en su despacho, y entre lamentos escuchó las preocupaciones de una paciente. “Se lo ruego, por favor, cueste lo que cueste tienen que encontrar una solución. Esta situación nos está destrozando”, le dijo Connie Mays.
Pence acogió las súplicas de la mujer con un abrazo y le prometió que “el presidente y todo su equipo trabajarán hasta encontrar una solución”.
Los demócratas ya han anunciado que votarán en bloque contra esta ley que pretende acabar con la reforma sanitaria de Obama. “El informe de hoy confirma lo que doctores y pacientes llevan diciendo desde hace tiempo: el Trumpcare implica más costes y menos atención médica, y va a dejar a millones de estadounidenses sin seguro”, denunció el senador demócrata Chuck Schumer.
El nuevo plan sanitario podría votarse antes de que finalice el mes de junio. Pero antes el presidente Trump deberá unir a los republicanos, pues algunos ultraconservadores piden incluso mayores recortes.