El Consejo de Seguridad de la ONU ha rechazado dos resoluciones para prorrogar la investigación sobre el uso de armas químicas en Siria. En primer lugar, un texto impulsado por Estados Unidos, que fue vetado por Rusia, tras obtener 11 votos a favor, dos en contra y dos abstenciones. Es la décima vez que Moscú utiliza su derecho a veto en resoluciones sobre la guerra siria.
“Rusia ha acabado con el Mecanismo de Investigación Conjunto, que contaba con un apoyo abrumador de este consejo. Y destruyendo la capacidad de identificar a los agresores, Rusia ha destruido nuestra capacidad de impedir futuros ataques. Al Asad y el Dáesh ya no recibirán advertencias por usar armas químicas, por las acciones de Rusia hoy”, ha declarado Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante la ONU.
By using the veto to kill a mechanism in Syria that holds users of chemical weapons accountable, Russia proves they cannot be trusted or credible as we work towards a political solution in Syria.
— Nikki Haley (@nikkihaley) 16 de noviembre de 2017
Moscú presentó su propio texto, que logró solo cuatro apoyos, lejos de los nueve necesarios para su aprobación. En él, proponía cambios importantes para prorrogar el llamado JIM.
“Algunos miembros del consejo se niegan a apoyar un borrador y tienen la total responsabilidad del fin del mandato del JIM. Esto prueba una vez más que la fiebre anti Damasco es su única prioridad y que han manipulado la investigación en su propio interés”, ha señalado Vasili Nebenzia, embajador de Rusia ante la ONU.
La investigación conjunta de la ONU y la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), el llamado JIM, determinó que el régimen sirio utilizó gas sarín en el brutal ataque en Jan Shijún, el pasado abril. A falta de acuerdo, su mandato expira esta medianoche.