Los últimos cinco días dejan al menos 234 muertos y 400 heridos, según la Cruz Roja Internacional
PUBLICIDADTras la cruenta batalla se respira cierta calma en las calles de Saná, la capital del Yemen, después de unas jornadas dramáticas que han dejado al menos 234 muertos y 400 heridos, según fuentes de la Cruz Roja Internacional (CICR).
Naciones Unidas teme que millones de personas puedan morir de hambre.
Los rebeldes hutíes, que cuentan con el apoyo de Irán, parecen controlar la ciudad aunque se siguen produciendo algunos enfrentamientos aislados.
La ruptura del bando rebelde, formado por los milicianos hutíes y las fuerzas leales al expresidente Ali Abdalá Saleh, precipitó los acontecimientos. Los hutíes terminaron el lunes asesinando a Saleh, a quien acusaron de "traición" por intentar un repentino acercamiento a Arabia Saudí. Su familia ha hecho un llamamiento a la venganza.
La muerte del expresidente ha supuesto un giro en la distribución de fuerzas de los grupos que combaten en la guerra del Yemen. Por un lado están los hutíes con el apoyo de Irán, por el otro las fuerzas gubernamentales del presidente Abdo Rabbu Mansur Hadi con la coalición internacional que lidera Arabia Saudí.
El Consejo de Ministros saudí, presidido por el rey Salmán, ha emitido un comunicado señalando la esperanza de ver un Yemen libre de las "milicias terroristas" proiraníes.