La primera ministra británica ha afirmado que el envenenamiento de Sergei Skripal y su hija fue "un acto despreciable".
La primera ministra británica, Theresa May, se ha desplazado este jueves a la localidad inglesa de Salisbury donde fueron envenenados hace diez días Sergei Skripal y su hija.
El miércoles, May anunció en el Parlamento la expulsión de 23 diplomáticos rusos:
"Como saben, ayer anuncié en la Cámara de los Comunes las acciones que estamos llevando a cabo. Consideramos que Rusia es culpable de este acto descarado y despreciable que ha tenido lugar en las calles de esta ciudad extraordinaria".
Este caso ha provocado el mayor enfrentamiento político entre el Reino Unido y Rusia de los últimos 30 años.
El ministro de Defensa, Gavin Williamson fue contundente y alertó de que Rusia es "capaz de mucho más":
"Lo que está claro es que el Kremlin está destruyendo las reglas internacionales, utilizando sus crecientes capacidades híbridas para subvertir, socavar e influenciar en países de todo el mundo. Además, Rusia también está utilizando a sus agentes de forma malintencionada para interferir en los procesos políticos de otras naciones".
Agentes policiales y efectivos del Ejército británico continúan trabajando en la zona.