El Gobierno ha tenido que salir al paso de las críticas de algunos partidos políticos y ha defendido la postura del Ejecutivo español en el conflicto catalán
La detención de Carles Puigdemont ha levantado un agrio debate político en Alemania y el Gobierno ha tenido que salir al paso de las críticas de liberales, verdes y la izquierda radical:
"España es un Estado constitucional europeo. El gobierno federal sigue convencido de que el conflicto de Cataluña debe ser resuelto dentro del sistema legal y constitucional español. Y por eso hemos apoyado la posición clara del gobierno español para mantener este sistema legal y constitucional en los últimos meses", decía el portavoz del Ejecutivo Steffen Seibert.
Lo cierto es que el Bundestag está dividido. El portavoz de Die Linke, Andrej Hunko, ha calificado de "vergonzosa" la detención del expresidente autonómico catalán.
El diputado liberal Graf Lambsdorf ha afirmado que aunque "jurídicamente la detención de Puigdemont no es contestable, políticamente plantea grandes problemas".
Por su parte, Robert Habeck, presidente de los Verdes y viceprimer ministro del estado federado de Schleswig Holstein, añade:
"Somos parte de la comunidad de solidaridad europea. Independientemente de si la orden de arresto es justa y correcta y es aceptada por el Gobierno, la justicia alemana deberá examinar la solicitud de extradición".