El tesoro escondido tras el lodo rojo

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Por Euronews
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Científicos europeos tratan los residuos de la producción de aluminio para extraer cantidades de otros minerales y poder fabricar otros materiales, reduciendo además el impacto medioambiental

En la ciudad alemana de Aachen hay unas instalaciones siderúrgicas únicas en Europa. Están en el insituto IME, son experimentales y allí los científicos estudian cómo reciclar de una forma eficaz y sostenible el llamado lodo rojo, los residuos procedentes de la fabricación de aluminio, mediante temperaturas cercanas a los 1400ºC.

Los restos de la producción primaria de alumino se mezclan con carbono y se funden a temperaturas muy altas. El resultado es un tesoro escondido que puede ser reutilizado en la industria del acero. Bernd Freidrich, investigador en el IME, explica que están interesados en el valor de los metales y que "en el lodo rojo se puede encontrar algo de aluminio, hierro, escandio y metal de alta tecnología, quizá titanio y también otros metales que pueden ser minerales escasos en la Tierra".

Cada año aproximadamente 150 millones de toneladas de lodo rojo se producen en todo el mundo, y tan solo se recicla menos de un 2%. El tratamiento térmico ayuda a transformar la lodo rojo en una mezcla con un contenido muy rico en hierro. Pero después comienzan los retos. "Para recuperar el hierro son necesarias temperaturas muy altas, para que el metal se funda. Debemos trabajar con los desechos en estados muy diferentes: secos, calientes, ácidos, alcalinos... Nuestra investigación está dirigida a encontrar soluciones óptimas para reciclar el lodo rojo", subraya Friedrich.

Pero hay formas más imaginativas de reciclar este material. En la Universidad Católica de Leuven, en Bélgica, se calienta a temperaturas menores, unos 1300ºC. El científico experto en metales Tobias Herler detalla el proceso: "En el horno de laboratorio fundimos los restos. Después de que los residuos de metal estén listos, los enfriamos en la cubeta. El producto último que recuperamos es parecido al cristal. Y puede ser utilizado eventualmente como sustancia reactiva para hacer, por ejemplo, material de construcción."

El material resultante primero se analiza minuciosamente para determinar con exactitud su composición interna. Según la investigadora de la misma universidad Annelies Malflict, "podemos tener una cuantificación exacta de qué elementos hay y también de cuál es su concentración, y podemos aumentar unas concentraciones realmente bajas de silicio, aluminio, calcio, sodio u oxígeno".

El cristal de lodo rojo se solidifica y se mezcla con arena y grafito para producir elementos de construcción como ladrillos, agregados ligeros, techos o baldosas para el suelo. El ingeniero químico Ionnis Pontikis, también de la Universidad de Leuven, asegura que es importante minimizar la producción de dióxido de carbono y que tienen la vista puesta en el impacto medioambiental ya que "estos productos son más ecológicos en el sentido de que hemos estado utilizando solo residuos y queremos hacerlo sin cambiar las propiedades, tanto mecánicas como físicas".

Los investigadores tienen la esperanza de que sus esfuerzos contribuyan a multiplicar por cinco la cantidad de lodo rojo reciclado durante la siguiente década.

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