"A Ortega se le ha ido de las manos"

"A Ortega se le ha ido de las manos"
Derechos de autor REUTERS/Oswaldo Rivas
Por Marta Rodriguez Martinez
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Un periodista de Nicaragua nos explica cómo la fuerte respuesta gubernamental ha alimentado las protestas.

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El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, no podía imaginarse la magnitud de las protestas cuando anunció una reforma de sanidad que reducía las pensiones un 5%. Tampoco, puede pronosticar ahora si la retirada de la polémica ley le ayudará a retomar el control del país.

"Nicaragua es bastante impredecible", explica Yader Luna, periodista del diario nicaragüense Confidencial, quien asegura que nunca había visto una movilización ciudadana de este tipo y duda de que la última concesión del gobierno sandinista sirva para frenarla, a pesar del desgaste físico de los manifestantes. "Hay mucho clamor de cambio", asegura.

Las protestas, en principio pacíficas, fueron acompañadas de agresiones de fuerzas de choque oficialistas, lo que dio como resultado al menos 27 muertos, entre ellos un periodista, un adolescente y un policía, más de un centenar de herido y más de 100 personas arrestadas o desaparecidas, según datos de organismos no gubernamentales.

Según Luna, la fuerte respuesta gubernamental ha alimentado las protestas. El periodista afirma que existía un descontento en una parte de la sociedad nicaragüense por once años de atropellos a las libertades públicas, entre los que figuran el firme control de los medios de comunicación. Por otra parte, la reciente quema de la Reserva Biológica Indio Maíz, una de las mejor conservadas del país, fue la última gota que colmó el vaso. 

Otros reformas sandinistas ya habían sido impopulares entre los pensionistas. Pero, desde que Ortega volviera a retomar la presidencia en  2007, ninguna ola de protestas había cuestionado su autoridad en todo el país. "Él dice que la protesta nunca fue pacífica, que se trata de vandalismo, pero la verdad es que las fuerzas de choque del gobierno salieron a reprimir y eso molestó a la gente y permitió a mucha otra gente que se uniera", explica el periodista. 

Luna añade que el gobierno de Ortega se caracterizaba por tener control de dos sectores clave en las movilizaciones: estudiantes y transportistas, pero que, en esta ocasión, se han unido a las manifestaciones. "Cuando tenía problemas con el anterior gobierno mandaba a estos dos grupos a incendiar las calles, pero desde que asumió el gobierno parecían dormidos, en su misma sintonía, sin embargo esta vez se le ha ido de las manos", explica.

Los ataques a la prensa también han pasado factura a la popularidad del líder latinoamericano, asegura el periodista. Los medios son las "instituciones con mayor credibilidad del país".

Los cinco días de intensas protestas han creado situaciones de inseguridad en Nicaragua sin precedentes recientes. Luna asegura mucha gente ha vivido con miedo los problemas de tráfico, los incendios en lugares públicos e incluso los disparos. 

Ortega "ha perdido el control de las calles, algo que siempre ha querido tener", afirma. Y puede que sea tarde para recuperarlo.

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