¿Por qué Argentina ha pedido un rescate al FMI?

¿Por qué Argentina ha pedido un rescate al FMI?
Derechos de autor REUTERS/Yuri Gripas
Por Marta Rodriguez Martinez
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Euronews ha conversado con el economista y periodista argentino Pablo Wende para que nos explique por qué su país, con el fantasma del corralito aún presente, ha vuelto a asomarse al abismo esta semana.

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Aunque la historia de Argentina está marcada por ciclos de endeudamiento, este último episodio ha pillado por sorpresa a sus ciudadanos que han salido a las calles para manifestarse.

Euronews ha conversado con el economista y periodista argentino Pablo Wende para que nos explique por qué el país, con el fantasma del corralito aún presente, ha vuelto a encomendarse al Fondo Monetario Internacional (FMI) ante la tormenta que amenazaba las últimas semanas.

Las duras condiciones negociadas por el gobierno de Fernando de la Rúa con la organización financiera internacional en 2001 conllevó la restricción de la libre disposición de dinero.

¿Por qué el gobierno argentino ha pedido un préstamo al FMI?

"El programa económico del gobierno argentino plantea una reducción gradual del régimen fiscal y por lo tanto necesita financiamiento mientras se alcanza el equilibro fiscal, eso ocurriría en el 2021. Mientras tanto, hace falta cubrir el agujero o el rosco en las cuentas públicas. Esto se logró exitosamente en el año 2016 y 2017, pero en el 2018 cambios de la situación financiera internacional, como el aumento de la tasa de interés y una postura un poco más conservadora de los inversores, generó que el gobierno se encontrara con más dificultades para financiar el rojo fiscal.

La primera medida que se llevó fue empezar a buscar plata en el mercado interno, pero eso también generó una situación de desconfianza por parte de los mercados y ante el agravamiento de esa crisis de confianza se decidió ir al FMI".

¿Qué síntomas ha dado la economía argentina de que se acercaba una nueva tempestad?

"Ha habido una fuerte caída de las acciones argentinas, un deterioro también en el precio de los bonos, había subido mucho la tasa que Argentina debía pagar por colocar deuda fuera, con lo cual no se podía financiar. También habían subido los créditos responsables del seguro contra el default. Eso podía generar una crisis especulativa y eventualmente, si no se frenaba a tiempo, una recesión.

Ante estas circunstancias, el gobierno decidió acudir al FMI para pedir que cubra las necesidades financieras que tiene el país hoy día y en los próximos dos años, 2018 y 2019".

¿Podría haber terminado en un nuevo corralito?

"Era un poco prematuro hablar de eso porque el banco central tiene bastantes reservas para lo que es el tamaño de la economía, tiene 55.000 millones de dólares. Todavía había mucho terreno para transitar, pero evidentemente si no se hacía algo no solo el problema iba a ser una recesión, sino la fuga de capitales y la salida de dólares de grandes inversiones, tenía la posibilidad de contagiar al pequeño ahorrador y que empezara a haber también salida de depósitos, situación que no sucedió, pero claramente, dado el pasado argentino era un peligro que estaba latente".

¿Cuál va a ser el coste político de esta decisión para el gobierno de Mauricio Macri?

"El FMI en Argentina no tiene buena prensa, en general los acuerdos con el FMI son equiparados con las malas experiencias económicas que ha tenido el país. El gobierno lo que está tratando de explicar ahora es que si a Argentina le fue mal en los últimos 50 o 70 años no fue culpa del FMI, sino de las malas políticas que el propio país implementó. No hay que ver al FMI como el culpable de todos los males del país sino que fuimos los propios argentinos los que generamos este problema.

Ahora la gente igual se asusta, sobre todo, porque fue muy sorprendente. En ningún momento, el gobierno había planteado la necesidad o la urgencia de acudir al FMI, al contrario se venía diciendo que estaba todo controlado y que la economía estaba bien y que no había de qué preocuparse porque subiera un poco el dólar y de la noche a la mañana anunciaron este programa, por lo cual las cosas no estaban tan bien, ni tan tranquilas entonces esto evidentemente que tiene un precio político para Macri. 

Lo que hay que hacer es esperar que condiciones pone el FMI y cuanta plata van a prestar y si este acuerdo ayuda para estabilizar la economía y que mantenga el crecimiento que había mostrado el año pasado".

¿Cómo ha afectado a los argentinos la caída del peso de las últimas semanas?

"Cuando se mueve el tipo de cambio y hay una subida del dólar en general hay mucha incertidumbre, mucha preocupación de la gente. Eso genera que se retraiga el consumo, que la gente espere para tomar decisiones de consumo o directamente que compre dólares o deje de consumir y las empresas también esperen a ver dónde va el tipo de cambio para vender o comercializar con proveedores".

¿Cómo reaccionan los ciudadanos ante la volatilidad económica?

"Están acostumbrados, pero no es que a la gente le dé lo mismo. La parálisis se produce igual y la incertidumbre es igual. No es que a la gente le de lo mismo, que el dólar suba un 20% y que esté acostumbrado no significa que pase desapercibido, al contrario todo el mundo actúa rápidamente porque está acostumbrado. Como saben qué es lo que pasa después todo el mundo se cubre, por ahí en un país donde la gente no está acostumbrada a que suba el dólar un 10% es un dato que ni siquiera se registra. Aquí el movimiento cambiario es el tema principal desde siempre".

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