Tercer pulso en las calles del hexágono contra las reformas anunciadas por Macron que prevén la supresión de 120.000 empleos públicos
Nuevo pulso de los trabajadores del sector público francés con más de un centenar de movilizaciones en todo el hexágono. El tercero de los sindicatos desde que Emmanuel Macron llegó a la presidencia de Francia.
Guarderías y colegios cerrados, trenes en vía muerta, aviones en tierra. Una protesta en defensa de la función pública, del aumento del poder adquisitivo y del empleo.
"Si tenemos los medios, tenemos derecho a unos servicios públicos de calidad, a unos hospitales de calidad, si no tenemos los medios, tenemos que salir a la calle porque esa es una sociedad que no queremos, porque defendemos otro tipo de sociedad", ha dicho el líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martínez.
Air France, la compañía aérea de bandera, o la Sociedad Nacional de los Ferrocarriles franceses (SNCF) son dos de las empresas más afectadas por las reformas previstas por el Gobierno francés.
Denuncian una privatización de determinados servicios como los sanitarios, que muchos trabajadores, consideran inaceptable.
"Nunca habíamos tenido personas en nuestros locales sindicales diciéndonos que querían dejar su trabajo cuanto antes. El miércoles estuve con una cuidadora, con una enfermera que trabajan por las noches y quieren irse del hospital público, no pueden más. Han privalizado completamente la sanidad pública y el personal no puede más", ha comentado Jean Martin, enfermero y representante sindical en el hospital de Villeneuve-Saint-Georges.
La jornada ha terminado con al menos siete detenidos tras los enfrentamientos entre grupos aislados de manifestantes y la policía.