Los aficionados ingleses convirtieron Volgogrado en una fiesta. Tras el doblete de Harry Kane, con el gol de la victoria por 2 a 1 en el último minuto, todo les parece ya posible.
El júbilo anglosajón ha conquistado Volgogrado. No importa que la victoria fuera agónica. No importa que Inglaterra se salvara con un gol en el último minuto. El triunfo por dos a uno frente a Túnez, con un doblete de Harry Kane, sabe a gloria a la afición.
"Los suplentes fueron los que marcaron la diferencia y por eso ganamos. Es un día de felicidad. Ganamos y vamos a ganar la copa del Mundo", dice un inglés eufórico.
"Nos lo merecemos. Un partido excelente. Bravo Inglaterra", afirma otro, antes de besar a un ruso barbudo, que recibe la expresión de amor con poco agrado.
Cabe destacar que la celebración acabó sin incidentes. A los tunecinos, que hasta el último momento creyeron posible el empate, la derrota les dejó sin palabras. "Perdimos en el último minuto", dice un joven, incapaz de articular el resto de su frase.
"Triste, pero así es el fútbol. Espero que la próxima vez podamos conseguir al menos uno de los tres puntos, para continuar en la competición", dice otro.
Los ingleses ya se imaginan campeones del mundo y eso, tras haber ganado solo un partido y sufriendo, como nunca imaginaron sufrir ante Túnez.