La violencia en Nicaragua ha dejado cuatro nuevas víctimas mortales, fallecidas durante una operación de fuerzas policiales y parapoliciales en Sutiaba, un barrio de la ciudad de León. El Episcopado llama a que se retome el diálogo.
Una operación lanzada por policías, fuerzas parapoliciales y paramilitares ha dejado un rastro de muerte en Sutiaba, un barrio de la ciudad nicaragüense de León, 90 kilómetros al norte de Managua.
Al menos cuatro jóvenes murieron, con lo que ascienden a 315 los fallecidos desde que comenzaron las protestas antigubernamentales en el país el 18 de abril. También hubo decenas de heridos y detenidos, entre ellos un niño de 12 años, según los manifestantes.
"Estamos ante una profunda crisis de violación de los derechos humanos. Uno de los jóvenes heridos llegó a un centro médico con vida, pero le negaron la atención, lo que provocó su muerte", denunció Álvaro Leiva, de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos.
"Un fuerte dispositivo de la policía y personas de civil armadas entraron a Sutiaba -explica el sacerdote Víctor Moragas-. Tengo entendido que la intención era retirar barricadas, de hecho eso es lo que hicieron, pero en ese proceso, lastimosamente, al momento escuchamos detonaciones, disparos en todo este sector y ya, unos momentos después, ya nos dimos cuenta de (que había) personas fallecidas y heridas".
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Oficina de Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos han acusado al gobierno de Daniel Ortega de graves violaciones, entre ellas, asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias y posibles actos de tortura.
Entretanto, el Episcopado, que actúa como mediador, ha hecho un llamamiento para que ambas partes retomen el diálogo nacional el próximo lunes.