El acuerdo de libre comercio alcanzado el pasado mes de julio entre la Unión Europea y Japón es muy significativo ya que se trata del acuerdo más importante de la historia que involucra a seiscientos millones de consumidores, un tercio de la economía mundial.
PUBLICIDADEl acuerdo de libre comercio alcanzado el pasado mes de julio entre la Unión Europea y Japón es muy significativo ya que se trata del acuerdo más importante de la historia que involucra a seiscientos millones de consumidores, un tercio de la economía mundial.
Las negociaciones del acuerdo han durado alrededor de dos años. Empezó en 2013 pero después se detendrían por un tiempo. Posteriormente, y en parte gracias a las medidas proteccionistas de Donald Trump, la Unión Europea y otros países han ido encontrando nuevos escenarios y acuerdos comerciales.
Cecilia Malmstrom, comisaria de comercio de la Unión Europea declaró que a través de este acuerdo "estamos mandando un mensaje a otros países respecto a la importancia de un libre comercio justo y la configuración de la globalización".
Entre las principales ventajas con las que contará Europa estará el incremento de la exportación de mercancías y servicios. Se eliminarán aranceles en productos fundamentales como el queso, el vino y el cerdo. Las empresas europeas obtendrán un acceso igualitario a los mercados de adquisiciones en las ciudades japonesas.
Para Japón el mayor beneficio estará en su industria automovilística. En este momento cada coche japonés que se importa a Europa cuenta con unos aranceles de un 10 por ciento, algo que será eliminado gradualmente con el tiempo.
Pero no todo el mundo está satisfecho con este pacto. Los sindicatos europeos afirman que el acuerdo de libre comercio no incorpora una previsión de aplicación efectiva del trabajo.
También señalan el hecho de que Japón no ha ratificado aún algunos tratados clave de la Organización Internacional del Trabajo.
En Japón el sector agrario tampoco está satisfecho con esta alianza ya que temen que los mercados japoneses se vean inundados con productos europeos baratos. El sector agrario ya sufrió mucho durante los años 60 cuando el país por entonces contaba con 12 millones de granjeros. Hoy en Japón solo hay dos millones.