El fondo y la forma no acaban de encajar en la reunión que mantendrán este jueves Pedro Sánchez y Quim Torra. Tras hacerse público que se verán la víspera del Consejo de Ministros de Barcelona, ambos ejecutivos difieren en cómo llamar a la cita y en quién se verá con quién.
PUBLICIDADCuatro de los líderes catalanes independentistas encarcelados,** Joaquim Forn, Jordi Sànchez, Jordi Turull and Josep Rull**, han decidido abandonar la huelga de hambre que comenzaron hace 20 días, según ha anunciado Pilar Calvo, portavoz de los políticos presos.
Turull había sido trasladado a la enfermería de la cárcel de Lledoners el viernes de la semana pasada, al resentirse su estado de salud tras 13 días sin ingerir alimentos.
Todos los ex presidentes de la Generalitat desde la democracia, menos Quim Torra, pidieron a los cuatro líderes independentistas en espera de juicio que pusieran fin a su huelga de hambre, en una carta emitida el miércoles.
El anuncio se produce horas antes de la reunión que mantendrán este jueves el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el president de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra. Tras hacerse público que se verán la víspera del Consejo de Ministros de Barcelona, ambos ejecutivos difieren en cómo llamar a la cita y en quién se verá con quién.
Desde Madrid, se habla de minicumbre con reuniones a dos bandas: los presidentes por un lado y los vicepresidentes por otro. El Govern lo deja en una reunión de presidentes, ministros y consejeros que incluye un saludo entre presidentes.
Sea como fuere, se trata de una cita de alto voltaje debido a la tensión que se vive en Cataluña, donde los independentistas radicales amenazan con reventar el Consejo de Ministros, y en el Congreso de los Diputados, donde algunos partidos exigen al Gobierno que aplique el artículo 155 de la Constitución y retire el poder autonómico a Torra. Estas voces se han multiplicado después de que el presidente del Govern señalara como ejemplo para conseguir la independencia la llamada vía eslovena: unilateral y violenta. Sánchez apuesta por el diálogo, a pesar de que ha endurecido el tono y ha llegado a comparar a los independentistas con los mentirosos del Brexit.