Tras décadas ayudando a decenas de miles de inmigrantes en la isla italiana de Lampedusa, Pietro Bartolo ha ganado un escaño en el Parlamento Europeo. Su objetivo, hacer a las instituciones europeas más fuertes y más humanas.
PUBLICIDADPietro Bartolo es una de las pocas sorpresas que han deparado las elecciones europeas en Italia. Más conocido como "el médico de los inmigrantes" este hombre ha conquistado Sicilia, y espera hacer lo mismo en Bruselas.
Lampedusa, con solo seismil habitantes, ha acarreado el peso de la crisis migratoria desde el principio. Después de tratar a 350.000 refugiados en 28 años, quiere llevar su batalla al corazón de la Unión Europea.
Nos encontramos con él en Roma antes de su marcha a la capital belga. Bartolo cree que Europa empieza en Lampedusa. Quiere aprovechar su experiencia para hacer a las instituciones comunitarias más fuertes y más humanas.
¿Sabe cuántas veces he llorado... o vomitado o cuántas veces he tenido miedo? Entonces es cuando dices ya basta. Me sentí avergonzado de no haber podido hacer nada para cambiar las cosas a pesar de mis intentos. No fui capaz de manejar la situación, de ser lo suficientemente convincente. Hice todo lo que sabía hacer... Solo era un médico, a pesar de que hice una película... Escribí mi primer libro, luego el segundo. Pensé que a alguien ahí fuera con corazón iba a importarle... Deberían ser así . Pero al final ni siquiera eso. ¿Entonces qué otra cosa podía hacer? Esa es la razón por la que decidí entrar en política".
Unidad ha de ser un concepto fundamental para Europa, según Bartolo. Le preguntamos por qué decidió aspirar a un escaño en el parlamento de la Unión Europea y no en el de Roma.
"Creo en el futuro de Europa, este gran continente que nos ha permitido vivir setenta años en paz. Bueno, el futuro es el mar Mediterráneo. ¡El mar Mediterráneo! Está claro. Nosotros los italianos somos unos privilegiados como parte de este futuro porque nuestro país y nuestras islas están allí. Tenemos que crear relaciones con la gente que vive ahí. El mar Mediterráneo no debe ser un cementerio, debe ser un mar de vida".
Lampedusa no ha el único escenario clave del fenómeno migratorio en el que ha gando La Liga. También está Riace, en Calabria. Aquí, donde el modelo del alcalde Mimmo Lucano se ha convertido en símbolo de la integración migratoria, la formación ultraderechista ha pasado a ser el primer partido de la ciudad tras obtener el treinta por ciento de los votos.