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¿Ha sido un fraude la elección de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea?

La candidata a presidir la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el anterior candidato, "spitzekandidate", de los populares europeos, Manfred Weber
La candidata a presidir la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el anterior candidato, "spitzekandidate", de los populares europeos, Manfred Weber
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Por Sofia S. Manzanaro
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Aquellos que votaron en las elecciones europeas pensando que también estaban eligiendo al presidente de la Comisión Europea (CE) estaban equivocados. Ayer el Consejo Europeo anunció que la ministra de Defensa de Alemania, Ursula von der Leyen, sería la candidata a la presidencia de la Comisión

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Aquellos que votaron en las elecciones europeas pensando que también estaban eligiendo al presidente de la Comisión Europea (CE) estaban equivocados. Ayer el Consejo Europeo anunció que la ministra de Defensa de Alemania, Ursula von der Leyen, sería la candidata a la presidencia de la Comisión Europea, un nombramiento que todavía depende del voto del Parlamento Europeo.

El fracaso del spitzekandidaten

Sin embargo, el nombre de von der Leyen no resulta familiar a los millones de ciudadanos europeos que acudieron a las urnas el pasado 28 de mayo, pues ni si quiera concurrió a las elecciones al Parlamento Europeo. Según el sistema del “spitzekandidaten”, candidatos principales en español, el más alto cargo de la Comisión debía ser el cabeza de lista (en algunos casos cabezas) de las familias políticas europeas.

Por lo tanto, el partido más votado en las elecciones al Parlamento Europeo, o el que recabase más apoyos, pondría a su candidato como presidente de la Comisión Europea, o al menos así iba a ser en la teoría.

Este proceso del “spitzekandidaten”, utilizado en primera vez en las elecciones de 2014 y gracias al que Jean-Claude Juncker fue designado presidente de la CE, se ha obviado por completo al elegir a Ursula von der Leyen como candidata a la presidencia.

Von der Leyen, pese a proceder del partido demócrata cristiano alemán (CDU), integrado dentro del Partido Popular Europeo (EPP), nunca fue presentada como candidata de los populares. En cambio, Manfred Weber, de la Unión Social Cristiana alemana (CSU) fue vendido por el EPP como su opción a presidir la CE. “Para la genta que ha decidido votar un partido en base al candidato a presidir la Comisión, esto puede ser un fraude”, explica Jorge Juan Morante, politólogo y analista de asuntos europeos. Morante también añade que la elección de von der Leyen será justificada, por ser parte tratarse de alguien del mismo partido político europeo que Weber.

Manfred Weber tras conocer los resultados de las elecciones europeas.Reuters

Al delegar la designación del cargo más alto de Bruselas en los resultados de las elecciones, la Unión Europea (UE) trataba de dotarse de unos mecanismos democráticos, pues con asiduidad es acusada de estar gobernada por burócratas y sometida a los caprichos de los estados miembros más poderosos. Además, al presentar diferentes candidaturas, se conseguía "poner cara" a las elecciones europeas, un proceso electoral con una participación cada vez más decadente en la mayor parte de países de la UE.

“Si volvemos a cuando el Consejo tomaba decisiones a espaldas de la Unión Europea estamos retrocediendo y dando la imagen de una Unión alejada de la ciudadanía”, afirma Morante. En un tiempo difícil para la estabilidad del proyecto europeo, esta decisión podría suponer un descrédito y una pérdida de confianza por parte de los electores.

Macron gana la partida

El proceso del “spitzekandidaten” también tuvo muchos detractores. Estos preferían conservar el sistema tradicional, en el que el que los estados miembros elegían al presidente de la CE en el Consejo.

Uno de los mayores críticos con la medida fue el actual presidente de Francia, Emmanuel Macron, quién afirmó en la última cumbre europea antes de las elecciones que él “no se sentía obligado a respetar el sistema del candidato principal”.

Se trata de una posición en la que se ha mantenido hasta el final, pues él mismo propuso a Angela Merkel presentar a Ursula von der Leyen como candidata a la presidencia del CE. Además, una francesa se lleva una de las sillas más influyentes de la Unión Europea: Christine Lagarde, actual presidenta del Fondo Monetario Internacional, dirigirá el Banco Central Europeo.

“Macron era el principal enemigo que tenía el ‘spitzekandidat’, por sus propias aspiraciones personales y por su debilidad dentro del Parlamento Europeo, pues su grupo (Renew Europe, anteriormente ALDE) es la tercera fuerza y sabe que su poder reside en el Consejo Europeo”, ha señalado Morante.

Además, la visión del proyecto de la Unión Europea de von der Leyen comparte algunos puntos relevantes con la del presidente francés. Ursula von der Leyen se declara una gran europeísta y apuesta por una mayor integración de la Unión Europea, que derive en un Estado Federal Europeo inspirado en los modelos de Alemania o Suiza.

Se trata de un hecho que parece haber pasado desapercibido por los países del grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia), que han celebrado la designación de von der Leyen en lugar de Timmermans, el anterior favorito socialdemócrata. “Viktor Orbán se ha conformado con la derrota de Timmermans sin haber leído el currículum de von der Leyen”, ha declarado Morante.

Por otra parte, la candidata a la Comisión Europea ha sido ministra de Defensa desde 2013 hasta la actualidad, y ha mostrado su interés por la unión de fuerzas europeas en materia militar.

En noviembre de 2018, von der Leyen declaró, en la Conferencia de Seguridad de Berlín, que las políticas de defensa de la Unión Europea están "en construcción" y que llevan a la idea de un “euroejército”. “Esto sería un reto, pero necesario. Europa debe ser capaz de actuar con independencia allí donde lo necesite”, explicó la ministra alemana. También indicó que esta institución no tendría la intención de competir con la OTAN, sino que tendría un papel “complementario”.

El presidente de la república francesa, Emmanuel Macron, la canciller de Alemania, Angela Merkel y Christine Lagarde, directora del FMI.Reuters

El arrinconamiento de la opinión popular

La elección de Ursula von de Leyen se ha tomado a espaldas al Parlamento Europeo, algo que no ha sentado bien a algunos europarlamentarios. Esto podría provocar que la candidata propuesta no consiga salir adelante, pues su designación depende del apoyo, mediante mayoría absoluta, de los votos del Parlamento.

“Aunque el acuerdo sea entre socialistas, populares y liberales, vale con que algunas delegaciones de los partidos se rebelen para que no lleguen a la mayoría absoluta”, declara Morante. Llegados a este punto, el Consejo propondría a otro candidato, esta vez teniendo más en cuenta la opinión del Parlamento Europeo y los resultados de las elecciones.

Por otra parte, tanto von der Leyen como Christine Lagarde no gozan de una gran aceptación popular. Martin Schulz declaró que von der Leyen es “la ministra más débil” del Gobierno alemán. Su nombramiento ha llegado a poner en peligro la coalición de Angela Merkel con los socialdemócratas. Christine Lagarde, por su parte, quién dirigirá el Banco Central Europeo, fue imputada por “negligencia” en el caso de corrupción Tapie, durante su época de ministra de Economía en el gobierno de Nicolas Sarkozy

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“No se ha tenido en cuenta la popularidad o aceptación de los candidatos en sus propios países de origen, han puesto un perfil técnico sin tener en cuenta la aceptación popular”, ha afirmado Morante.

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