La incertidumbre sobre la legalidad constitucional de su cargo depende de una enmienda de la Ley 7 de 1952, que establece el orden de sucesión ejecutiva.
Tras casi un mes de manifestaciones y disturbios, los puertorriqueños tienen este fin de semana un nuevo gobernador, aunque no está claro por cuánto tiempo...
PUBLICIDADPedro Pierluisi juró el pasado viernes el cargo, supuestamente hasta noviembre de 2020, aunque su nombramiento debe ser confirmado, a partir del lunes por el Senado. De no ser ratificado, asumiría el cargo la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez, segunda en la línea de sucesión y que los puertorriqueños también rechazan.
Pero, ¿qué opinan los boricuas del nuevo gobernador Pedro Pierluisi?
"Yo no sé qué va a pasar pero es que se parece tanto a lo que había... Habrá que estar atentos y vigilantes.", considera un jubilado puertorriqueño.
"Hizo un buen trabajo cuando era comisionado residente, cuando era secretario de justicia. Sí, tengo cierta confianza en él", dice una maestra de escuela.
"Alguien que tiene que jurar en la oscuridad y luego decir que ya he jurado, obviamente sabe que no está haciendo las cosas correctamente. Y no es la mejor manera de comenzar, si queremos un país con una contabilidad transparente", explica un programador informático.
El presidente del senado, Thomas Rivera Schatz ha lanzado duras críticas contra Pierluisi por su cercanía con Ricardo Rosselló y por su actuación durante el paso del huracán María.
Pierluisi fue congresista por Puerto Rico en Washington hasta 2016, año en que perdió las primarias ante Ricardo Rosselló. Después asistió a la controvertida la Junta de Supervisión Fiscal, para supervisar el proceso de bancarrota del país. Por lo que algunos sectores desconfían de su nombramiento como gobernador.
Un país en bancarrota
Pedro Pierluisi se reunió el sábado con una veintena de jefes de agencias estatales en La Fortaleza, para evaluar uno de los temas que más preocupa en el país: el programa Vital de salud y pensiones, que se podría quedar sin fondos en los próximos meses.
La crisis política del país lleva a la inestabilidad comercial, en la de por sí ya maltrecha economía de la isla, sumida en una quiebra y en una deuda de más de 73.000 millones de dólares.