Grecia, que actualmente aloja a unos 70.000 migrantes y refugiados en todo su territorio, se ha convertido en la puerta principal de entrada, por delante de España e Italia
PUBLICIDADLas islas griegas siguen viviendo en primera persona el drama continuo de quienes intentan alcanzar suelo europeo. Grecia, que actualmente aloja a unos 70.000 migrantes y refugiados en todo su territorio, se ha convertido en la puerta principal de entrada, por delante de España e Italia, lo que complica seriamente las labores de asistencia y registro.
"La situación es especialmente desalentadora en el campamento de Moria, en la isla de Lesbos, pero también en Vathi en Samos y en Pili, en Kos. Estos son tres de los puntos más calientes, ahí donde están los centros de registro a los que se destinan las personas, por lo queque estan atestados", cuenta Philippe Leclerc, representante de ACNUR en Grecia.
Los centros de atención están desbordados y las ONG temen que las condiciones sanitarias sigan deteriorándose. A esta preocupación se suman las promesas de poner en marcha una política migratoria más restrictiva por parte de Nueva Democracia, el partido conservador elegido por mayoría absoluta en las pasadas elecciones de julio.
Según Leclerc, "hay niños en centros completamente inadecuados porque no hay sitio para nadie más. Las casetas están tan llenas que la gente se queda en tiendas individuales justo al lado del campamento, bajo los olivos. La situación es extremadamente complicada y requiere medidas urgentes para hacer que la población disminuya y pueda ser transferida a la península griega de manera ordenada una vez haya sido registrada y haya dado sus huellas dáctilares".
Mientras Europa sigue en la encrucijada, Turquía vuelve a amenazar con dejar pasar a los migrantes si no recibe más ayudas. Con esos fondos, Erdogan (érdoan) pretende albergar a al menos un millón de sirios de etnia árabe en una zona, al sur del país, habitada mayoritariamente por kurdos.