En Torrejón de Ardoz, cientos de pisos sociales fueron vendidos a un fondo de inversión y los nuevos propietarios les exigen a los inquilinos un 80% de aumento en la renta. Muchos de ellos están forzados a dejar la casa donde han vivído toda su vida.
PUBLICIDADEn Torrejón de Ardoz, a las afueras de Madrid, más de 300 familias están en lucha. Sus pisos sociales fueron vendidos a un fondo de inversión y los nuevos propietarios les exigen un 80% de aumento en la renta o recoger sus cosas. Jessica y su marido viven con su hijo en este piso de 55 metros desde hace nueve años, pero no pueden afrontar la nueva renta de 860 euros.
"Aquí somos todos mileuristas, y no me lo quiero ni imaginar. Supongo que tendremos que recurrir a ayuda de la familia y poco más. Con mucha pena, tendré que recoger mis cosas y marcharme. Porque no puedo pagarla. No es que no quiera, es que no puedo", confiesa Jessica Hinojosa, inquilina.
Según el banco de España, el precio de los alquileres ha aumentado en España en un 50% en los últimos cinco años. Los bajos salarios y el desempleo están convirtiendo una tarea casi imposible en España, especialmente para los jóvenes y pensionistas.
En el centro de la ciudad, la gentrificación y los alquileres vacacionales están expulsando a los vecinos de sus casas de toda la vida. Fernando Bardera, miembro del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, explica las consecuencias piscológicas que se desatan debido a la situación.
5000 viviendas ocupadas
"Han nacido aquí, han pasado toda su vida aquí. Tienen un arraigo tremendo. Tienen su medico aquí, su red social, su culto. Lo tienen todo aquí... Y se les ha desterrado", dice Bardera y explica que "hay unos tres millones de viviendas vacías en España. La mayoria en manos de multipropietarios, es decir, de fondos de inversión, de bancos, esos a los que tuvimos que rescatar. Se están convirtiendo en los mayores caseros de España. Poseen la mayoria de los pisos en alquiler, y controlan los precios".
Para algunas de familias desahuciadas, la ocupación se convertido en su única opción antes de acabar en la calle, Solo en Madrid hay hasta 5000 viviendas ocupadas.
"Uno de los datos más sorprendentes de este informe es la gran cantidad de mujeres solas, en muchos casos con niños pequeños, que están ocupando vivienda sin título", agerga Natalia Palomar, abogada de la Asociación Provivienda.
Como en Berlin, o Nueva York, los afectados reclaman al gobierno más regulaciones para controlar el mercado de la vivienda. El presidente en funciones ha prometido un nuevo parque de vivienda social en alquiler, proveniente de pisos actualmente vacíos, pero esto tendrá que esperar a la formación de un nuevo gobierno.