Francia distribuirá gratuitamente pastillas de yodo a unas 2,2 millones de personas que viven cerca de centrales nucleares para ayudar a protegerlas frente a la radiación en caso de accidente.
PUBLICIDADFrancia distribuirá gratuitamente pastillas de yodo a unas 2,2 millones de personas que viven cerca de centrales nucleares para ayudar a protegerlas frente a la radiación en caso de accidente.
La Autoridad de Seguridad Nuclear francesa (ASN) dijo el martes que las personas que viven a 10-20 kilómetros de una de las 19 plantas nucleares de la principal eléctrica francesa EDF, así como unas 200.000 instituciones, incluyendo escuelas, recibirán una carta en los próximos días informándoles que pueden recoger las pastillas en la farmacia más cercana.
Francia ya distribuía pastillas de yodo a personas que vivían en un radio de 10 kilómetros de una central nuclear, pero ahora ha decidido ampliar 10 kilómetros más el cordón de seguridad nuclear.
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Greenpeace Francia ha creado un mapa en el que compara el área afectada por los accidentes de Fukushima (Japón, 2011), 100 kilómetros, y Chernóbil (Ucrania, 1986), 300 kilómetros, con el impacto que podría tener un incidente nuclear en Francia. Según estos radios, toda la población francesa sería vulnerable.
Durante los accidentes nucleares, el yodo radioactivo es liberado a la atmósfera que al ser inhalado o ingerido por la glándula tiroides puede causar cáncer en años posteriores.
Cuando la glándula tiroides está saturada con yodo estable, ya no absorbe el yodo radioactivo.
La ASN dijo que en caso de un accidente nuclear, la gente debería intentar aislarse en el interior de los edificios, cerrando ventanas y accesos a la ventilación. Además recomienda no ir a recoger a sus hijos a la escuela, puesto que dice que están más seguros siguiendo las indicaciones de los profesores. También recomienda mantenerse informado, pero no saturar las redes sociales y que comiencen los preparativos para una eventual evacuación.
Francia es la nación más dependiente de la energía nuclear del mundo, con tres cuartas partes de su electricidad producida por los 58 reactores nucleares de la empresa estatal EDF en 19 centrales repartidas por todo el país.
Esto se ve reflejado también en la factura de electricidad de los franceses: mientras que en 2018 en España el precio medio del kilovatio hora era de 23,83 céntimos de euro, en el país galo fue de 17,54 céntimos de euro, según datos de Statista.