Cientos de vecinos de Santiago de Chile se reunieron este domingo en la capital sudamericana no para protestar, sino para limpiar el metro de la ciudad después de la ola de altercados violentos que han destrozado muchas paradas del subterráneo
Cientos de vecinos de Santiago de Chile se reunieron este domingo en la capital sudamericana no para protestar, sino para limpiar el metro de la ciudad después de la ola de altercados violentos que han destrozado muchas paradas del subterráneo. La subida del precio del billete desató una ola de importantes disturbios. Algunos vecinos, sin embargo, entienden que no es forma de protestar.
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"Cuando ellos dicen que están descontentos, claro, todos estamos descontentos, pero no es la forma. Estoy seguro de que la gente que quemó esto no es la que está realmente afectada por lo que está pasando", explica Antonio Valladares, un vecino de la ciudad.
Las protestas comenzaron con el aumento del precio de los viajes de metro, sin embargo, responden a un descontento general por la situación de desigualdad y la crisis social que acucia al país. Para muchos habitantes de la ciudad el metro es imprescindible para el día a día y consideran que atacarlo es tirar piedras a su propio tejado.
"Sabes, hubiera estado bien si todos hubieran salido a tocar ollas y manifestarse de otras maneras, pero esto... Ni siquiera durante el tiempo que tuvimos el conflicto con Pinochet tocamos el metro. Porque sabíamos que el metro era para nosotros", cuenta Gladys Zuniga, que asegura que ha crecido y se ha criado en Santiago, viendo como aumentaban las líneas de metro.
Ante la ola de protestas y el descontento general, el Gobierno de Sebastián Piñera ha respondido diciendo que el país está en guerray decretando el estado de emergencia. Desde la oposición acusan a Piñera de asustar a la población y tratar de ocultar una crisis política.