El primer ministro británico ha visto cómo por fin el Parlamento aprobaba su acuerdo de Brexit. Pero mostraba su frustración tras rechazar su plan de tres días para las enmiendas. La UE debe ahora conceder un nuevo aplazamiento, con nuevas elecciones en el horizonte.
PUBLICIDAD"329 síes, 299 noes. Ganan los síes. Desbloqueado", anuncia el presidente de la Cámara de los Comunes John Bercow.
Una bonita foto para el álbum de recuerdos de Boris Johnson. La primera vez en tres años y medio que los diputados británicos apoyan una versión del acuerdo de Brexit. La primera gran victoria parlamentaria de su legislatura .
Pero enseguida vio su gozo en un pozo. A continuación la Cámara de los Comunes rechazaba su plan de tres días para analizar la legislación.
"Ahora nos enfrentamos a más incertidumbre. La Unión Europea deberá decidir cómo responder a la petición de aplazamiento. Hablaré con los estados miembros sobre sus intenciones hasta que lleguen a una decisión. Debo decir que hasta que nosotros lleguemos a una decisión haremos una pausa en la legislación".
Johnson había advertido de que la única alternativa era la convocatoria electoral. Algo que el Partido Laborista no desea hasta que se garantice que no habrá riesgos de un Brexit sin acuerdo.
"El primer ministro es el responsable de nuestra propia desgracia", decía Corbyn. "Por lo que le hago esta oferta: trabaje con nosotros, con todos nosotros, para acordar una planificación de tiempo razonable. Sospecho que esta cámara votará debatir, escrutar y, espero, enmendar los promenores de esta ley".
Para el Partido Nacionalista Escocés esta votación otra humillante derrota para el primer ministro. Sus señorías le han dicho claramento que este no es el camino.
"Vaya a Bruselas, vaya a Bruselas y haga lo que le han dicho y no se salga y se ponga en contra del Parlamento", decía el diputado Ian Blackford del Partido Nacionalista Escocés.
El aún presidente del Consejo Europeo Donald Tusk ya ha anunciado que recomendará a los Estados miembros aceptar la petición británica de volver a retrasar el Brexit para evitar una salida caótica.
Los socios europeos parecen abiertos a aceptar una nueva extensión, que podría ser flexible, es decir, con una fecha tope de salida. El Reino Unido podría marcharse antes de la UE si el acuerdo fuera ratificado.
Fuentes de Downing Street han asegurado que el parlamento está totalmente roto y que la única forma de superar esta crisis es la convocatoria electoral. Los británicos deberán decidir entre un Brexit con Johnson o un 2020 y dos referéndums -el del Brexit y el de Escocia- con Corbyn.
Cualquier retraso es un anatema para Johnson y su "o el 31 de octubre o muerte en una cuneta". Pero siempre podrá jugar su carta electoral y echar la culpa a sus señorías y jugar .