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El argentino Rafael Mariano Grossi, nuevo director de la OIEA

El argentino Rafael Mariano Grossi, nuevo director de la OIEA
Derechos de autor AP
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Por EFE
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Grossi, ex embajador argentino en Austria y ante los organismos internacionales en Viena, sucede en el cargo al japonés Yukiya Amano, fallecido el pasado 18 de julio

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El argentino Rafael Mariano Grossi fue elegido este lunes en Viena nuevo director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Los delegados de los estados miembros de la agencia nuclear de Naciones Unidas aprobaron por consenso el nombramiento del diplomático sudamericano como nuevo responsable máximo del OIEA por un mandato de cuatro años, que comenzará oficialmente mañana, martes.

Grossi, de 58 años edad y hasta ahora embajador argentino en Austria y ante los organismos internacionales en Viena, sucede en el cargo al japonés Yukiya Amano, fallecido el pasado 18 de julio.

El primer latinoamericano al frente de la OIEA

El diplomático, nacido en el barrio porteño de Almagro, se convierte así en el primer latinoamericano al frente de esta institución, considerada por su relevancia técnica y política como uno de los pilares más importantes del sistema de la ONU.

En una entrevista concedida a Efe en vísperas de su elección en una conferencia general extraordinaria del OIEA, Grossi explica los principales desafíos que afronta la agencia en los próximos años.

Entre éstos, destacan las tensiones con Irán y Corea del Norte, el primero bajo vigilancia constante para que no construya bombas nucleares, mientras que el segundo ya dispone de un arsenal, que se encuentra sin embargo fuera de cualquier control del OIEA.

Grossi promete además una comunicación más abierta del organismo con la sociedad civil sobre las posibilidades y los riesgos de un sector tecnológico que tiene no solo aplicaciones energéticas, sino también médicas, científicas y militares.

En ese sentido, el hasta ahora embajador argentino en Austria asevera que en la lucha contra el cambio climático, el sector nuclear "forma parte de la solución y no del problema".

  • PREGUNTA: ¿Cuáles son los principales desafíos geopolítico del OIEA en los próximos años?

RESPUESTA: Existe una expectativa muy grande en torno a lo que suceda con el programa nuclear de Irán. Esto es una evidencia. Deseo establecer muy rápidamente una relación de trabajo constructiva y honesta con Irán para avanzar. Hay mucho por ver; ciertas situaciones merecen una aclaración que no han recibido todavía (en el OIEA). Además, existe una presunción de que pronto tendremos un papel muy importante en Corea del Norte, cuando exista un acuerdo con Estados Unidos.

Hay que tener el coraje de explicar y debatir, escuchar a la sociedad civil, a la gente que está legítimamente preocupada por la cuestión medioambiental
Rafael Mariano Grossi
director general del Organismo Internacional de Energía Atómica
  • P: ¿Qué evolución espera en el sector de la energía nuclear?

R: Contrariamente a muchas presunciones y evaluaciones que se hacían tras el accidente de Fukushima en Japón (2011), la energía nuclear ha aumentado. Es un hecho que hay más actividad nuclear. Hay 37 centrales nucleares agregadas a las redes en los últimos cinco años, hay más de 20 construyéndose en este momento. Al mismo tiempo, algunos países han decidido o mantenerse al nivel en el que están o reducirlo un poco. Algunos, en realidad uno solo (Alemania), ha decidido realmente terminar con la actividad nuclear de generación eléctrica.

  • P: ¿Y las demás aplicaciones científicas y médicas?

R: Cada vez más, los países ya no tienen que descubrir las aplicaciones (científicas y médicas), porque hay un efecto de demostración. Por ejemplo, en muchos países erradicamos la mosca de la fruta o contribuimos con técnicas de radioisótopos al manejo de los acuíferos. Eso hace que la gente esté demandando más servicio del organismo.

  • P: ¿Cómo se puede afrontar la preocupación de mucha gente ante la tecnología nuclear?

R: Tradicionalmente, el sector nuclear ha estado rodeado de una cierta opacidad. Creo que hay que abrir las puertas y ventanas muy grandes, muy amplias. Hay que tener el coraje de explicar y debatir, escuchar a la sociedad civil, a la gente que está legítimamente preocupada por la cuestión medioambiental.

  • P: ¿Qué puede hacer el OIEA al respecto?

R: La agencia juega un papel muy constructivo, que es poco conocido por el gran público. Cuando suceden cosas, cuando hay incidentes, hay que salir a explicarlos, porque para la mayor parte de la población, la palabra de un organismo internacional tiene un peso muy grande. Por lo tanto, creo que es un imperativo moral, pero también un activo político, que debe ser utilizado. Hay que explicar y comunicar mucho más.

  • P: ¿Qué papel puede jugar la tecnología nuclear y el OIEA en la lucha contra el cambio climático?

R: La voz del OIEA está ausente en este debate. Nosotros no somos lobbistas de la energía nuclear, pero tenemos una responsabilidad que nos viene marcada por nuestro propio estatuto. Y debemos dar información e indicar algo que es una evidencia científica. No es una convicción política o ideológica. La energía nuclear es una energía limpia, es una energía que produce muy bajos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, prácticamente igual que la energía hidroeléctrica y menos que la solar o la eólica. Esto son hechos que deben ser registrados en cualquier debate serio sobre el cambio climático.

  • P: ¿Qué significa esto para cada uno de los países?

R: Es muy difícil, acaso imposible, para muchos países, sobre todo para los grandes países industrializados, cumplir las metas de los Acuerdos de París sin energía nuclear. Esto es una cuestión de cálculo matemático. Entonces, a partir de eso mi convicción, mi deseo, es indicar este hecho, señalarlo, estar presente en esta conversación. Nuestro mensaje será este. La energía nuclear es parte de la solución, no es parte del problema.

  • P: ¿Qué sucede con los residuos radiactivos?

R: Por un lado está la cuestión de las soluciones tecnológicas, que existen. Hay varios países que están avanzando en la construcción de depósitos de muy larga permanencia y que aseguran un aislamiento del material irradiado de una gran seguridad. El otro aspecto es el de la aceptabilidad social, que es un aspecto más fluido, que se conecta con la necesidad de un diálogo y de mucha más comunicación. Lo que hay que tener es una conversación científica y no de tipo ideológica sobre estas cuestiones. Creo que la COP25 en Madrid es un escenario, una plataforma, indispensable.

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