Miles de monumentos de madera sobreviven a duras penas en el Norte de Rusia. Ahora, cientos de voluntarios tratan de restaurar esas obras de arte entre las que hay capillas, iglesias y grandes templos.
Miles de monumentos de madera sobreviven a duras penas en el Norte de Rusia. Ahora, cientos de voluntarios tratan de restaurar esas obras de arte entre las que hay capillas, iglesias y grandes templos. Su trabajo permitirá que este patrimonio no acabe destruido tras años siendo utilizado como graneros, almacenes o teatros.
"A partir de los años 70 y 80, los soviéticos dejaron de utilizarlos (los edificios), no fueron transferidos a la Iglesia y no pertenecían a nadie. Y a lo largo de estos 10-15-20 años ha ocurrido toda esta devastación. Los edificios ya están siendo entregados a nosotros en un estado ruinoso. ¿Y qué hacemos con ellos?", se pregunta el párroco Theodosy Kuritsin.
La bajada de la natalidad y el desempleo hicieron que estas aldeas del norte sufrieran un terrible declive. Ahora estos jóvenes restauradores buscan lograr que en estos templos brillen mejores años.
"Si nadie lo hace, todas estas pequeñas cosas, los primeros pasos para la restauración- todo esto desaparecería. Por eso existimos. Bromeando, nos llamamos a nosotros mismos 'restauradores negros' porque lo que hacemos nadie más quiere hacerlo", cuenta Alexander Saprykin, uno de los restauradores voluntario. La actividad de estos chicos puede devolver un poco de vida, a esa olvidada región.