Jorge Bergoglio ha celebrado una austera misa dedicada a los afectados por la pandemia en la basílica de San Pedro en la que ha hecho un llamamiento a la solidaridad internacional y a un alto el fuego global
Las oraciones de Pascua no podían tener otros destinatarios. El Papa Francisco ha dedicado la misa en el Vaticano de la fecha más relevante de la religión católica, el Domingo de Resurrección, a todos los afectados por la Covid -19. La pandemia ya ha matado a más de cien mil personas en todo el planeta.
La ceremonia se ha celebrado en el interior de una basílica de San Pedro vacía como consecuencia del confinamiento y con peticiones concretas del pontífice: "Considerando las circunstancias, que se relajen además las sanciones internacionales de los países afectados, que les impiden ofrecer a los propios ciudadanos una ayuda adecuada, y que se afronten, por parte de todos los países, las grandes necesidades del momento, reduciendo, o incluso condonando, la deuda que pesa en los presupuestos de aquellos más pobres.".
En cuanto a la Unión Europea, Jorge Bergoglio ha instado a la unidad frente a la actual crisis y sus consecuencias. El alto el fuego de todos los conflictos y la ayuda y apoyo a los refugiados han sido las demandas a nivel más global.