Una medida que anunciará este lunes durante un discurso televisado, el tercero desde que comenzó la crisis por el coronavirus.
PUBLICIDAD"A partir de mañana al mediodía, y durante al menos 15 días, la movilidad individual se verá muy limitada".
Unas palabras que el presidente francés pronunció hace ya un mes. Más concretamente, el 16 de marzo, cuando Macron anunciaba el confinamiento en Francia.
4 semanas después, los franceses están a la espera de otro discurso en el que se anunciarán nuevas medidas y se valorará la situación. Es la tercera vez desde la crisis que Macron se dirige a la población en estos términos.
Uno de los anuncios más esperados es la extensión del confinamiento. La pregunta que está sobre la mesa es cuánto tiempo se alargará.
Otra de las dudas concierne al cierre de las escuelas y universidades. Los estudiantes se preguntan si podrán realizar los exámenes y finalizar el curso. Sin embargo, la cuestión que mantiene en vilo a los franceses es la recesión económica que está por venir.
El plan de emergencia para apoyar la economía asciende a 100.000 millones de euros, una cantidad que difiere de los 45.000 millones previstos en un principio. El Presidente francés prometió rescatar la economía "cueste lo que cueste".
Además, se espera que aborde uno de los temas más polémicos: El uso de mascarillas que podría ser obligatorio en el país.
Aunque es cierto que en los últimos días el país ha visto una disminución del número de pacientes en las unidades de cuidados intensivos, Francia está lejos de controlar la pandemia.
A medida que los días en confinamiento aumentan, el nivel de desconfianza de los franceses hacia el Ejecutivo también. Detrás de esto está la escasez de material sanitario, la saturación de los hospitales y los mensajes contradictorios que envió el Gobierno al seguir adelante con las elecciones municipales justo antes de decretar el confinamiento.
Macron intentará en el discurso de este lunes recuperar la confianza de la población, que ha disminuido hasta casi el 38%, según las últimas encuestas. Un porcentaje que rozaba el 55% antes de implementar las medidas más estrictas.