La vida de los enfermos de coronavirus en la Amazonía peruana, una de las zonas más afectadas por la pandemia, pende de las escasas bombonas de oxígeno que tiene el Hospital Regional de Loreto, situado en la ciudad de Iquitos.
La vida de los enfermos de coronavirus en la Amazonía peruana, una de las zonas más afectadas por la pandemia, pende de las escasas bombonas de oxígeno que tiene el Hospital Regional de Loreto, situado en la ciudad de Iquitos.
Los habitantes del pulmón verde del planeta se mueren a un ritmo de 20 fallecidos diarios con miles de personas contagiadas.
El relato de algunos pacientes resulta estremecedor.
"Quien venía gritando, quien venía pidiendo oxígeno nosotros (los pacientes) le entregábamos incluso una oportunidad, vino un señor que ya estaba desmayado saqué mi máscara y le puse a él porque no había de otra y se salvó", explica Carlos Reátegui, todavía convaleciente.
Muchos enfermos mueren en los hospitales, otros en las comunidades indígenas.
La ausencia de carreteras y las dificultades del transporte fluvial son máximas. Y no sólo falta oxígeno, también médicos porque 193 profesionales están enfermos y 12 han fallecido.
"Algunos días muy críticos necesitábamos hasta 400 balones de oxígeno. Sin embargo a lo mucho llegaríamos a 150 balones, era una diferencia abismal. De nuestros médicos residentes que éramos 10, solamente el que les habla, queda en pie, de nuestros médicos asistentes solamente dos quedan en pie", comenta exhausto el epidemiólogo del Hospital Regional de Loreto, Luis Alfredo Espinoza.
La región peruana de Loreto necesita oxígeno para sus enfermos. Los habitantes del pulmón verde del planeta están en peligro.