El miedo agudiza el ingenio en las zonas populares de Buenos Aires, las más castigados por la pandemia de la COVID-19. Habitantes del barrio obrero Padre Rodolfo Ricciardelli han construido una cabina de desinfección casera que causa furor entre un vecindario preocupado por su seguridad sanitaria...
PUBLICIDADEl miedo agudiza el ingenio en las zonas populares de Buenos Aires, las más castigadas por la pandemia de la COVID-19. Habitantes del barrio obrero Padre Rodolfo Ricciardelli han construido una cabina de desinfección casera que causa furor entre un vecindario preocupado por la escasez de recursos para hacer frente a la enfermedad:
"Vivimos en un lugar donde estamos totalmente superpoblados, así que entre vecinos decidimos hacer esta medida de prevención", comenta Julio Mamani, residente en el barrio. "Consiste en un tanque con agua y funciona con el mecanismo de una bomba que empuja el agua hacia las boquillas que están dentro de la cabaña para que las personas se desinfecten y entren a sus casas", explica.
Una sensación de seguridad que ha hecho que se formen pequeñas colas entre quienes se disponen a regresar a sus hogares. Comparada con países como Chile o Brasil, Argentina está sorteando con bastante éxito la pandemia: el confinamiento comenzó el 20 de marzo y ha sido prorrogado varias veces hasta el 7 de junio. Hasta este miércoles se han registrado 492 muertes por COVID-19 y hay poco más de 13.000 casos confirmados.