Reabierta la frontera entre Hungría y Serbia. Se ha reanudado el tráfico en el cruce fronterizo de Röszke. Desde el lunes es posible cruzar la frontera húngaro-serbia sin restricciones ni esperar una cuarentena de dos semanas.
PUBLICIDADSe ha reanudado el tráfico en el cruce fronterizo de Röszke.
Desde el lunes, es posible cruzar la frontera húngaro-serbia sin restricciones ni pasar una cuarentena de dos semanas.
La pandemia de coronavirus ha tenido un fuerte un impacto en la zona. Después del Ramadán, normalmente la cola es kilométrica pero en estos días el tiempo de espera es de solo media hora.
Han quedado abiertos nueve pasos fronterizos entre Hungría y Serbia. El ministro de Asuntos Exteriores de Hungría Péter Szijjártó, recalcó que Hungría detendrá la inmigración ilegal a toda costa_: "Abrimos las fronteras a quienes deséen pasar de un país a otro con las formalidades legales necesarias. Los que quieran cruzar ilegalmente no tendrán la más mínima oportunidad de hacerlo"._
Pese a la presión policial, grupos de jóvenes de Afganistán esperan la menor ocasión para cruzar la frontera. No importa los turno de guardias que se sucedan. Buscan el momento.
Muchos refugiados no se atreven a instalarse en casas abandonadas porque hay redadas de la policía todas las noches. Se esconden entre la vegetación y en los bosques tras las vías, hasta que saltan la valla.
Actualmente, solo unos cuantos jóvenes de Oriente Medio se reúnen cerca de la frontera.
Fueron liberados hace unos días de la cuarentena obligatoria, que pasaron en un saturado campo de refugiados serbio, Kikinda, en Voivodina.
Desde entonces, han estado viviendo en casas en ruinas y esperan el momento adecuado.
Un de ellos, Zakariah viene desde Argelia, explica que estudió literatura francesa."Queremos enviarle un mensaje al pueblo húngaro. No queremos vivir en vuestro país, tan solo cruzar la frontera hacia el oeste. No somos monstruos, no somos terroristas, somos seres humanos como tú, como todos".
Estos jovenes explicaron que fueron maltratados por policías rumanos y croatas. Intentan salvar cada día como pueden, con lo que encuentran.