La economía británica sufre su mayor caída en cuarenta años durante el primer trimestre (-2,2%). No se veía nada igual desde 1979 con una drástica reducción del gasto de las familias y un retroceso de todos los sectores productivos.
PUBLICIDADLa economía británica sufre su mayor caída en cuarenta años.
No se veía nada igual desde 1979, con una drástica reducción del gasto de las familias y un retroceso de todos los sectores productivos. Los datos revisados por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), correspondientes al primer trimestre, sitúan en el 2,2% el descenso del Producto Interior Bruto (PIB) del Reino Unido.
Una contracción mayor de la esperada que incluye sólo los primeros días del confinamiento por el coronavirus.
Una situación que ha llevado al primer ministro, Boris Johnson, a prometer una "revolución para las infraestructuras" con un plan de 5.000 millones de libras (unos 5.500 millones de euros).
"Este momento también nos da una oportunidad mucho mayor de ser radicales y hacer las cosas de forma diferente. Para reconstruir mejor y reconstruir de forma más audaz. Vamos a liberar todo el potencial del país. Haremos que este país sea más seguro, construiremos los hospitales, construiremos las escuelas, las universidades. Pero también construiremos de forma más ecológica", ha dicho Johnson.
La distribución, la restauración, los transportes y el turismo sufren una pérdida de actividad enorme.
De momento, el Banco de Inglaterra (BoE) ha previsto cerrar el primer semestre con una caída del 20%.
Sin embargo, algunos expertos señalan que los datos del primer trimestre auguran una contracción "más profunda" que la prevista para el segundo trimestre.