Bulgaria se desgarra entre protestas contra el Gobierno y una lucha de poderes. Por sexto día consecutivo, miles de manifestantes han exigido la dimisión del primer ministro, Boiko Borisov, y del fiscal general, a los que acusan de corrupción
PUBLICIDADBulgaria se desgarra en medio de una intensa lucha entre poderes, mientras las calles rugen de ira contra el Gobierno. Por sexto día consecutivo, miles de manifestantes salieron a las calles de Sofía, la capital, para pedir la dimisión del primer ministro, el populista conservador Boiko Borisov, al que acusan de corrupción.
También exigen la renuncia del fiscal general, Ivan Geshev, aliado del primer ministro y vinculado presuntamente a empresarios de dudosa reputación.
El enfado contra el fiscal general estalló después de que este ordenara el registro de la oficina del presidente, Rumen Radev, quien ha expresado públicamente su apoyo a las protestas antigubernamentales, poniendo de relieve el enfrentamiento entre poderes que se está produciendo en la recámara del Estado búlgaro.
"La fiscalía es la única institución que ha cruzado la línea roja en sus acciones -afirma un manifestante-. Está inmiscuyéndose en la política, cuando no debería. No es el trabajo del fiscal dar discursos políticos y determinar qué partido es bueno, o qué medios son buenos. Solo debe defender la ley."
Mientras tanto, el Gobierno de Borisov, en el poder desde hace una década, asegura que las protestas están organizadas desde el extranjero.
Las manifestaciones están siendo pacíficas, a excepción del viernes pasado cuando se registraron enfrentamientos con las fuerzas del orden, con varios heridos y detenidos. **Los organizadores llaman ahora a una huelga nacional. **