Una semana después de la brutal explosión en el puerto de Beirut, muchas familias siguen a la espera de noticias sobre familiares desaparecidos desde entonces.
Desde hace una semana el clan Hasrouti espera ansiosamente cualquier noticia sobre el cabeza de familia. Ghassan Hasrouti estaba trabajando en un silo en el puerto de Beirut cuando ocurrió la explosión. Inconsolable, su hijo Elie se pregunta por qué tardaron tanto en activar las operaciones de rescate: "Mi padre hacía su trabajo, no paseaba ni pescaba, cumplía con su deber. Les llevó más de 45 horas inici por qué tardaron tanto en activar las operaciones de rescate.
Como toda su familia, culpa al Gobierno libanés por su incompetencia para hacer frente a la tragedia: "Los silos -nos dice- son construcciones muy sólidas. Durante la Guerra Civil aquí se hacía el pan para los libaneses. Llamamos a todos para que enviaran los equipos de rescate, Incluso nos ofrecimos para ir nosotros mismos. Sus colegas se ofrecieron a cavar con sus propias manos para sacarlos de entre los escombros".
Pero hasta en situaciones como estas, la vida se abre camino. El domingo la hija de Ghassan dio a luz a un niño, el cuarto nieto de la familia.
Los vecinos y los amigos no se separan de la familia. Ese mismo apoyo se siente en cada hogar y en cada calle de Beirut. Las iniciativas de la sociedad civil apoyadas por donantes locales e internacionales constituyeron la columna vertebral de las ayudas. "A falta de ayudas gubernamentales -nos confirma Carol Malouf, corresponsal de Euronews en Beirut- la traumatizada sociedad encuentra consuelo en la solidaridad entre vecinos".