Las ventas de este transporte de cero emisiones se disparan en 2020. Su suerte ha sido evadir las restricciones y triunfar durante los confinamientos en Europa.
PUBLICIDADVerde y libre de emisiones, la bicicleta es el futuro e incluso durante la pandemia. El ciclismo se salvó parcialmente de las más duras restricciones. Mucho gobiernos están asignando recursos en forma de bonos para ayudar a la gente a comprar su nuevo modo de transporte.
En cualquier lugar de Europa este mercado llegó a las nubes. Pero ahora los vendedores tienen cada vez más dificultades para satisfacer la demanda.
"Los próximos lanzamientos de los modelos insignia de las gamas, cualquiera que sea la marca, serán en julio, agosto, septiembre o incluso en octubre de 2021. Y para los modelos que realmente están en demanda y ya han sido pedidos, los cambiaremos para marzo de 2022", explicó el comerciante Jean-Olivier Lassere.
Lo mismo ocurre en casi todas partes: a pocos kilómetros de París, hay un gran proveedor de repuestos para bicicletas. La cadena logística se ve frenada por muchos factores, principalmente por la Covid-19
"Las compañías navieras han reducido sus volúmenes, y hay mucha demanda. Esto significa que podemos tener retrasos de salida muy problemáticos para nosotros, porque podemos perder hasta un mes de ganancia antes de la salida. En nuestra cadena logística, tenemos muchos problemas con eso", aseguró William Debode, un distribuidor francés.
Las fábricas de bicicletas, como la que podemos ver en Londres, tienen que hacer frente a sus propios límites de capacidad y problemas logísticos, más aún en el Reino Unido, donde la incertidumbre vinculada al Brexit hace aún todo más difícil.