Las autoridades han abierto refugios de emergencia, pero las ONG dicen que no quieren ir porque están demasiado lejos de los lugares de paso y quieren ir a Inglaterra
Tiendas de campaña congeladas y grifos sellados por el hielo en Calais. Los migrantes de este campo en el norte de Francia dicen vivir en un "infierno" en asentamientos improvisados en los que las temperaturas han caido en picado.
Sin embargo muchos siguen prefiriendo enfrentarse al frío antes que recurrir a los "refugios" estatales, para no perder la oportunidad de cruzar a Inglaterra.
"Duermo en una tienda de campaña. Incluso la tienda está congelada. Para abrirla y salir tuve que romperla porque la cremallera estaba pegada", cuenta Babaladé, migrante somalí.
Las autoridades han abierto refugios de emergencia donde los migrantes pueden obtener una comida caliente y una cama para pasar la noche.
Pero las ONG locales dicen que se ha facilitado poca información y que es difícil acceder a ellos.
Yann Manzi, vicepresidente de Utopia56, cree que "lo que está ocurriendo en Calais y Grande-Synthe es simplemente vergonzoso. Anuncian a bombo y platillo que abren ciertos centros a los que los migrantes no quieren ir precisamente porque están demasiado lejos de los lugares de paso. Quieren ir a Inglaterra, llevamos años estudiando este sistema y no funciona".
Según la ONG Utopía 56, unos 500 migrantes sobreviven como pueden actualmente en la zona de Grande-Synthe, al noreste de Calais.
Parece que ni siquiera el frío más intenso puede aplacar las ganas de intentar cruzar el canal.