Ara Malikian vivía escondido en un garaje durante la guerra en su Libano natal. "Vi como la musica, el arte, cambiaba el animo de las personas, daba esperanza, daba alegria", recuerda
PUBLICIDADSi no pudo pararle la guerra, tampoco una pandemia. Con su inseparable violín, Ara Malikian ha vuelto a los escenarios españoles y con público.
"La gente a pesar del susto, a pesar del miedo venía a vernos, venian a escuchar y eso te anima mucho, te emociona mucho y eran conciertos muy emotivos", cuenta.
No se olvida de sus inicios. Instruido en música clásica, tocaba a escondidas en bares y clubes nocturnos para ganarse la vida durante sus años en Alemania. Pasando incluso vergüenza, dice, pero aprendiendo una música popular que ha conformado su estilo.
"Nos decian, oye toca un tema de los Doors y yo decia 'quien son estos?', no conocia nada asi que por obligacion tenia que aprender todo el repertorio del rock y del pop y en el club aprendi todo lo que nos pedian, tenia que aprenderlo por obligacion. Y luego tambien toqué mucho en bodas y ahi aprendi musica mas zingara", recuerda Malikian.
"Aquella epoca para mi era casi una verguenza porque en mi academia no podia decirles que yo trabajaba en bares o en clubs, pero hoy dia es gracias a estos trabajos que se me ha abierto la mente y gracias a este trabajo he podido salir de este mundo tan cerrado del mundo de la musica clasica."
Un refugiado de guerra salvado por la música
Ara Malikian no es un músico cualquiera, su bagaje como refugiado definió parte de su vida.
Vivía escondido en un garaje durante la guerra en su Libano natal, escuchando las bombas caer a su alrededor.
Allí, encontró su escapatoria en la música. "Vi como la musica, el arte, cambiaba el animo de las personas, daba esperanza, daba alegria, aunque fuera un momento, pensabamos que olvidabamos todas las penas, y todas las guerras y las bombas."
Y de la misma forma ahora espera que el poder de su música ayude a otros a superar las penas que ha traído la pandemia.