Las autoridades ya han anunciado el envío de 30.000 dosis suplementarias para el departamento de Mosela.
PUBLICIDADEn Mosela, en la región francesa de Lorena, la temida variante sudafricana del COVID-19 se propaga al preocupante ritmo de 100 nuevos casos al día. Las autoridades tratan de acelerar lo más posible el despliegue de vacunas para contrarrestar una amenaza que tiene a los habitantes de este departamento al noreste del país realmente preocupados.
Este mismo lunes se anunciaba la dotación de 30.000 dosis de vacunas adicionales para Mosela, confirmando también que, de momento, no se cerrarán las escuelas en este departamento como se estaba estudiando.
"Me acaban de pinchar", contaba en un centro de salud Gérard Mehl, pensionista de 75 años de edad. "Estoy bien, pero cuando escuchas toda esta historia de variantes... Es algo bastante increíble".
No solo al noreste de Francia. La variante sudafricana también avanza en otros puntos de Europa como en Tesalónica, Grecia, donde la vacuna Astrazeneca no parece estar dando resultado frente a dicha cepa. El vicepresidente de la Comisión Europea, el eslovaco Maros Sefcociv, confirma que Bruselas trabaja actualmente a marchas forzadas para tratar de solventar el problema creado por la nueva variante:
"Nos gustaría acelerar el proceso de autorización para el ajuste de las vacunas para las nuevas variantes", reconocía Sefcociv. "Para ello queremos reunirnos en cuanto antes con los productores y con la comunidad científica para asegurarnos de que si en verdad son necesarios algunos refuerzos o ajustes a las vacunas estos se hagan lo más rápido posible".
A la espera de que esto suceda, los servicios sanitarios de los respectivos países de la Unión Europea distribuyen de momento la actual generación de vacunas, con la esperanza de que estas sean lo suficientemente eficaces. El virus, hoy por hoy, parece seguir un paso por delante.