SHANGHÁI, 16 mar - La provincia china de Jilin estaba "en una batalla desesperada" contra el COVID-19, según un alto cargo del Partido Comunista, ya que la región nororiental, fronteriza con Corea del Norte y Rusia, representaba el miércoles tres cuartas partes del total de nuevos casos de China.
Las autoridades han pedido que se realicen pruebas generales en Jilin, y el secretario provincial del Partido Comunista, Jing Junhai, ha instado a los departamentos de salud a que se aseguren de que "no se pierda ni una sola persona", informó el periódico oficial Jilin Daily.
Jilin registró 1.456 nuevas transmisiones comunitarias sintomáticas de COVID-19 el 15 de marzo, mientras que los nuevos casos ascendieron a 1.860 en todo el país, según datos de la Comisión Nacional de Salud.
Aunque los contagios en Jilin se habían reducido a la mitad en comparación con el día anterior, seguían superando el millar por cuarto día consecutivo, y Jing describió la batalla para acabar con el peor brote de China en dos años como si hubiera entrado en una "fase crítica".
La autoridad sanitaria provincial dijo la semana pasada que el brote actual se había desencadenado por personas infectadas llegadas del extranjero, sin especificar de dónde habían viajado.
MEDIDAS DE EMERGENCIA
Aunque el número de casos en China es muy inferior al que han sufrido muchos otros países, las autoridades siguen aplicando estrictas medidas de emergencia en cuanto aparecen nuevos brotes.
Incluso las regiones con relativamente pocos nuevos contagios han dado una vuelta de tuerca. Shanghái, donde el martes se produjeron cinco nuevas transmisiones sintomáticas locales y casi 200 portadores asintomáticos de transmisión interna, estaba realizando pruebas masivas a los residentes de los bloques de apartamentos de toda la ciudad.
Los medios de comunicación estatales han defendido a ultranza los controles de COVID-19 de China, con el tabloide Global Times, propiedad del Partido Comunista, diciendo en un editorial que los logros de China "pueden irse por el desagüe" si se relajan los controles.
Pero los analistas advierten de que, a medida que aumenta el coste de la contención, es posible que las autoridades tengan que aflojar algo las medidas de contención.