En la cuenta de Instagram de Total en Ucrania, los empleados lanzaron una petición para que "se detengan las ventas en Rusia". Por parte del grupo, el silencio es total. Su propietaria, la empresa familiar Mulliez, es dueña de muchas marcas, entre ellas los supermercados Auchan.
A principios de semana, un misil ruso destruyó un gran centro comercial en Kiev, matando a varias personas. El edificio quedó reducido a cenizas, y con él varias tiendas, entre ellas Leroy-Merlin.
La cadena francesa de bricolaje ha sido criticada desde entonces por negarse a dejar de comerciar en Rusia.
Un diputado ucraniano, Oleksiy Honcharenko, se filmó en medio de los escombros para "tratar de influir en la decisión de la empresa de seguir pagando impuestos en Rusia y así apoyar la guerra".
En la cuenta de Instagram de la Total en Ucrania, los empleados lanzaron una petición para que "se detengan las ventas en Rusia".
Por parte del grupo, el silencio es total. Su propietaria, la empresa familiar Mulliez, es dueña de muchas marcas, entre ellas los supermercados Auchan, bien implantados en Rusia.
Destaquemos que Francia es el primer empleador extranjero en suelo ruso.
Y otras empresas han sido señaladas. Sanofi, Danone o el fabricante de automóviles Renault. En las redes sociales, algunos llaman al boicot.
La presión es especialmente fuerte sobre Total Energies.
"Total contribuye a financiar la maquinaria de guerra del Kremlin" acusó hace unos días el diputado europeo Raphael Glucksmann.
Este miércoles, el director general del gigante francés del petróleo y el gas dice que no puede prescindir del gas ruso, pero se ha comprometido a dejar de comprar productos petrolíferos rusos como muy tarde a fin de año.