La prohibición de transporte desde Rusia pone las cosas aún más difíciles para los cubanos, que tiran de ingenio para reparar sus vehículos.
La invasión rusa de Ucrania afecta al día a día en la lejana Cuba.
En su vetusto parque automovilístico predominan decenas de miles de vehículos enviados allí durante la Guerra Fría por la Unión Soviética y, tras su desaparición, por la Federación Rusa.
Muchos Lada que reparar
Ahora las restricciones de transporte impuestas a Moscú por las potencias occidentales han dejado a la isla sin las piezas de recambio que los mantiene aún en pie.
Francisco Pérez es mecánico y lo sabe de primera mano.
"El Lada va a estar muy afectado. En Cuba hay muchos Lada. El 90'% de los carritos particulares son Lada. Y el Lada se consigue a través de Rusia. Si ese mercado se para mucha gente se verá afectada. Porque hay cosas que hay que pueden cambiarse, pero otras tienen que ser originales".
Se calcula que hay unos cien mil Ladas en la isla y unos veinte mil coches estadounidenses de antes de la revolución, que también son reparados con piezas rusas.
A esta falta de suministros se suma la ausencia de turismo y de transacciones financieras desde Rusia.
Pavel Vidal es profesor de Economía.
"Aún con la distancia y el coste que esto implica era un mercado venían insumos para Cuba y para los trabajadores por cuenta propia. Que estos vuelos se difuculten es una barrera adicional".
Creatividad contra la adversidad
Menos mal que el pueblo cubano tiene ingenio para luchar contra la adversidad, como cuenta Humberto Santana. Pérez, su mecánico, intentará hacer el pino puente, encontrar un motor japonés para reparar la avería de su camión.
"Cuba siempre inventa. Me está haciendo un trabajo para el que la pieza no aparece. Pero se puede rectificar y se puede andar".
Imposible calcular los daños
Resulta imposible calcular la dimensión del problema, pues la mayor parte de este comercio se desarrolla en negro.
Mientras, la precaria economía cubana sigue intentando paliar los efectos de la pandemia, del endurecimiento de las sanciones estadounidenses y de sus errores macroeconómicos.
A pesar de que sigue por debajo de los objetivos establecidos por el Gobierno, el presidente Díaz Canel mantiene sus previsiones de crecimiento de un 4% del PIB para este año.